Clasificación Razonada |
Dentro de la escultura europea el marfil, un producto escaso y caro, de difícil aprovisionamiento, se reserva para obras de pequeño formato -impuesto por las propias características del material- y elevada calidad técnica, elaboradas por los mejores escultores, tanto para el ámbito cortesano como para el religioso. En este último la temática predominante será la imagen de Cristo en la cruz, elemento muy apreciado y fundamental en la decoración de los altares de iglesias y capillas privadas, celdas y salas monásticas e incluso en los salones de instituciones civiles y de gentes piadosas.
Su abundante producción en talleres especializados de diversas ciudades de Flandes e Italia, la movilidad de los artistas y la facilidad de su circulación por toda Europa mediante donaciones, ventas o regalos diplomáticos, favoreció un intenso intercambio de modelos cuyo éxito entre la clientela promovió su copia por talleres locales. Ante este complejo panorama el estudio de estas obras, mayoritariamente anónimas y carentes de documentación, se ha basado en el análisis estilístico.
Es el caso de este magnífico Cristo expirante, adquirido en 2010 procedente de la colección del duque del Infantado. De expresión torturada y talla extremadamente minuciosa, se ha venido considerando como obra flamenca de la segunda mitad del siglo XVII, en relación con la producción atribuida tradicionalmente a Jerome Duquesnoy II (1602-1654) y Artus Quellinus el Joven (1625-1700), como los conservados en Roma en San Juan de Letrán o en la colección Vercruysse de Amberes.
Si bien comparte importantes similitudes estilísticas con aquellos, en realidad su origen se encuentra en un grupo de obras de procedencia andaluza que deben considerarse ejecutadas por un mismo artista. Buena parte de ellas presenta un característico trozo de cuerda anudado en su muñeca o tobillo, además de anatomías detalladas y paños de pureza sujetos con doble vuelta de cuerda, todo ello ejecutado con un elevado virtuosismo en la talla, más vehemente en el expresionismo de los Cristos representados en agonía.
Además del conservado en la parroquial de Guadalcanal (Sevilla), con el que se han relacionado otro par en colecciones extranjeras pero de posible procedencia hispana (museos de Minneapolis y del Bargello), hay que añadir el del monasterio de San Isidoro del Campo (Santiponce, Sevilla) y los reseñados en diversas colecciones particulares (Pastor Bustos, de Madrid; Camuña, de Sevilla; Sagraneda, de Palma de Mallorca), más otros que han pasado por el mercado anticuario hace ya años (Anticuario A. Ramón, Barcelona, 1972, Archivo MAS G57237) o en fechas recientes (Sotheby´s Paris, 30/09, Lote 12 -debe ser el de la colección Camuña-; Christie´s Paris, 2014, 23/06, Lote 49).
Todo ello lleva a pensar, más que en una producción realizada en Flandes para su exportación a España, en la obra de un maestro flamenco afincado en Andalucía, que adapta su estilo al gusto local por obras de mayor expresividad y que podríamos denominar, de modo provisional hasta su identificación documental, con el nombre convencional de "Maestro de Guadalcanal", acuñado en el Minneapolis Institute of Arts para este anónimo artista.
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Bibliografía |
BOLAÑOS ATIENZA, María. Pasiones del alma. En: MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. La invención del cuerpo. Desnudos, anatomía, pasiones. Madrid (m): 2018. pp. 184-217. Fig. 75 CASADO PARAMIO, José Manuel. Cristo expirante. En: BOLAÑOS ATIENZA, María(dir). El Museo crece: Últimas adquisiciones 2005-2010. Madrid (m): 2011. pp. 66-67. ESTELLA MARCOS, Margarita Mercedes. La escultura barroca de marfil en España. Las escuelas europeas y las coloniales, t. II. Catálogo. Madrid (m): 1984. p. 90. MARCOS VILLÁN, Miguel Ángel. Cristo expirante. Museo Nacional de Escultura: colección. 2015. pp. 242-243.
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