| Descripción |
Vista de las Torres del Quart, obra del arquitecto Pedro Bonfill, construidas entre 1441 y 1460. Entre las torres se abre una puerta, en arco de medio punto de gran dovelaje, con matacán protegiéndola, que constituía un acceso en la antigua muralla que circundaba la ciudad de Valencia. En la fachada se aprecian las marcas y destrozos sufridos durante la Guerra de la Independencia, junto con una placa en memoria de los defensores de la ciudad y de esas torres durante la contienda.
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| Clasificación Razonada |
Forma reportaje con los números 83577 al 83582 y 83584 al 83587 de inventario.
La fotografía fue incluida en un álbum titulado "RECUERDO DE VALENCIA A.S.M. LA REINA REGENTE DOÑA MARÍA CRISTINA" realizado por la Diputación Provincial de Valencia con motivo de la visita de la Real Familia a Valencia en el año 1888. Un ejemplar del mismo se conserva en el Archivo General de Palacio (Madrid) con Nº Invº 10197144. Álbum encuadernado en badana color castaño, con aplicaciones metálicas y esmaltes. Guardas en moaré de seda y cierres metálicos. Contiene 36 fotografías presentadas en páginas de cartón marfil y canto dorado, con enmarque coronado por escudo real y lises en los ángulos. La fotografía que corresponde con el positivo conservado en el museo es la Nº Invº 10197163 del AGP, con medidas 38 x 28 cm. al platinotipo.
La Puerta de Cuarte, conocida también como Torre de Cuarte o Torres de Quart, constituyó una de las puertas de la antigua muralla que circundaba la ciudad con fines defensivos. Fue construida por el arquitecto Pedro Bonfill entre 1441 y 1460 (s. XV), en el estilo del Castel-Nuovo de Nápoles, hecho por el mallorquín Sagrera. Están constituidas, como la Puerta de Serranos, por dos torres gemelas, pero no son poligonales como estas, sino cilíndricas por delante y achaflanadas por la parte interior. Los ángulos y aristas, arcos y cuerpos superiores son de piedra de sillería, mientras que el resto es de mampostería. Entre las torres se abre la puerta, en arco de medio punto de gran dovelaje, con matacán protegiéndola.
Al igual que sucede con el Portal de Serranos se trata de una obra que deciden los jurados de la ciudad y que viene a sustituir un portal menor anterior que no se encontraba ya acorde con la importancia de este acceso a la ciudad. En las obras intervinieron importantes maestros valencianos, destacando en la cantería el maestro Francesc Baldomar y en la labañilería Jaume Gallent. A diferencia de la Puerta de Serranos, las torres prismáticas quedan sustituidas por torres semicilíndricas, lo que ha servido para relacionarlo con otros modelos como el llamado Arco de Triunfo de Castel Nuovo de Nápoles. Parece ser que esta tipología se considereaba más acorde para resisitir los cambios en la artillería.
El centro de la estructura estaba configurado por la puerta de arco de medio punto de potente sillería que en origen tuvo en su centro el Ángel custodio de la ciudad, luego sustituido por un escudo real entre los de la ciudad. Carente de elementos decorativos, prácticamente reducidos en los lados de las torres a una moldura que las recorre en su parte baja como remate del talud inclinado, la puerta queda protegida por una terraza almenada que no se extiende como camino de ronda entre las torres como ocurría en el Portal de Serranos, y que también se encuentra en la parte superior de las torres.
Uno de los aspectos más singulares de esta portada es que la planta se tiene que disponer ligeramente en oblicuo para adaptarse al trazado del camino de Quart que no era perpendicular a la muralla sino que llegaba en disposición diagonal, lo que dificultó el trazado de algunos de los elementos que configuran las torres en la cara que mira hacia la ciudad. En esta parte interna también encontramos una serie de estancias abiertas cubiertas con bóvedas, entre las que destaca principalmente la de la tribuna central por encima de la puerta. Esta bóveda en lugar de construirse con nervios de crucería, presenta una solución de las llamadas aristadas, es decir, sin nervios, propia de la obra del cantero Baldomar, y que demuestra el alto grado de desarrollo del arte del corte de la piedra en el siglo XV valenciano.
Las torres de Quart como también sucedió con las de Serranos albergaron cárceles durante los siglos XVII y XVIII con lo que se cerraron estas estancias hacia la ciudad, que hasta entonces habían permanecido abiertas precisamente para evitar que posibles atacantes se pudieran hacer fuertes en ellas contra la propia ciudad. Con motivo de la guerra de la Independencia estas torres sufrieron un importante ataque, cuyos signos aún son visibles en los paramentos externos, y luego volvieron a ser utilizadas como prisión. La ciudad las recupera en 1932, habiendo sido declaradas Monumento Nacional un año antes, y a partir de 1977 comienza su proceso de restauración, que concluyó en 1982.
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