Clasificación Razonada |
Modelo original.
Junto a tres de los cuatro caballos (mejor conservados, aunque también faltos de la mayor parte de sus patas, sobre todo las delanteras), este casi escueto fragmento de la auriga femenina -cuyos dos corceles corrieron mejor suerte- forma parte de cuanto ha llegado hasta nosotros de las maquetas, aproximadamente a 1/3 del tamaño definitivo, de las dos monumentales Bigas realizadas por Gargallo en piedra artificial para coronar la fachada principal del Estadio Olímpico de Montjuich, respondiendo al encargo de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, que también le adjudicó los dos grupos ecuestres que forman el Saludo olímpico (Atleta clásico y Atleta moderno) y han flanqueado desde 1929 la puerta Marathon del mismo estadio.
Ante una muestra tan reducida del conjunto de la figura femenina que conducía los dos caballos más robustos, sólo podemos intuir y acaso confirmar (a juzgar por las fotografías de época de las maquetas y, sobre todo, por las obras definitivas) que Gargallo siguió muy fielmente las características generales de la escultura definidas en su maqueta y mantuvo todos los valores compositivos, formales y expresivos de unas piezas claramente signadas por los postulados del noucentisme y el intemporal espíritu mediterráneo propio de la obra pública monumental que llevó a cabo en esa segunda mitad de los años veinte, en la que reafirma todos aquellos rasgos de serenidad gestual, sintetismo volumétrico, depuración formal, contención expresiva que caracterizan su personal e inconfundible lenguaje clasicista.
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