Clasificación Razonada |
Ángela Ruíz Robles, maestra de origen leonés afincada en Ferrol (A Coruña) en la segunda década del siglo XX, fue una mujer avanza para su época y cuyo interés e inquietud por mejorar el proceso del aprendizaje en sus alumnos le llevó a desarrollar una prolífica carrera como docente e inventora entre 1940 y 1970, llegando a escribir diversas obras y métodos para el aprendizaje de la ortografía, la gramática, la geografía o la taquigrafía, más allá de los estándares tradicionalmente establecidos.
Para facilitar el aprendizaje de las distintas materias objeto de estudio a sus alumnos -especialmente de preescolar y primaria- a través de la manipulación, la interacción, la intuición y el juego, desarrolló dos patentes de invención de utilidad práctica en la enseñanza general, que inscribió en la Oficina Española de Patentes y Marcas en 1949 y 1962. En ellas describe, respectivamente, sus "libros mecánicos" y la "enciclopedia mecánica", cuyo desarrollo futuro pretendía, además de favorecer la comprensión de las asignaturas, ahorrar peso y volumen a los estudiantes para una más sencilla portabilidad de los materiales escolares y mejorar la lectura de los textos en condiciones de escasa luminosidad o discapacidad visual de los propios alumnos, aspectos estos que resultaban principales para un maestra preocupada sobremanera por la salud y bienestar de los estudiantes.
Por todo ello, en su primera patente imaginó incluir las materias objeto de estudio en sencillos soportes mecánicos con formas de objetos cotidianos, animales, etc. que resultaran familiares a los estudiantes, haciendo uso de materiales ligeros -como el papel, la cartulina, el plexiglás o la goma elástica-, con pulsadores automáticos, pilas, tintas luminiscentes, materiales con propiedades ópticas de aumento, etc. convencida de que la tecnología podía y debía facilitar la enseñanza de las distintas asignaturas, presentando los contenidos de una manera innovadora y muy diferente a la mostrada en los libros en formato tradicional.
En la segunda de las patentes desarrollaría su conocida Enciclopedia Mecánica, un tipo especial de libro mecánico en el que los contenidos de cada asignatura se desarrollan a lo largo de tiras de papel dispuestas en rollos intercambiables. De esta forma, los alumnos dispondrían de todas las materias de estudio en una misma "máquina" que solo en tamaño y forma recordaría a las enciclopedias escolares al uso.
De esta Enciclopedia Mecánica, se llegó a construir un modelo, fabricado en el Parque de Artillería del Ferrol (A Coruña), en bronce, zinc y madera, con unas dimensiones finales de 24 cm (alto) x 22 cm (ancho) x 6 cm (fondo) y un peso equivalente a 4724 gr -prototipo y caja en su estado actual-. A lo largo de su historia ha sufrido varios cambios, el primero, y quizás el más llamativo de ellos -al margen de la capa de pintura con la que se recubrió-, es su fijación a un pequeño maletín de chapa de acero por medio de una pletina, concepto este que nada tiene que ver con la idea pretendida por la autora, que seguía concibiendo su aparato como un libro que debía guardarse o extraerse para su uso de un modelo de cabás especialmente diseñado para este fin, pero en ningún caso fijo en su interior. De hecho, según la descripción de la patente la enciclopedia debía disponer, en su parte posterior, de unas pestañas que permitieran articular un bastidor para su lectura en posición inclinada -que tampoco se llegaron a realizar en el prototipo-.
Desafortunadamente, los ingeniosos libros mecánicos de Ángela Ruiz nunca llegaron a ser una realidad comercial. Resultó para la historia el registro de sus dos patentes con los números 190698 y 276346, varios diseños sobre papel, y sobre todo, el prototipo en bronce y zinc de la Enciclopedia Mecánica -su proyecto de libro mecánico más ambicioso-, del que llegó a desarrollar, en colaboración con el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada, S.A. (ITEMA, S.A.), un estudio previo de fabricación y viabilidad comercial en 1971. En dicho proyecto se contemplaba la posibilidad de producir grandes series de su Enciclopedia mecánica (10 000 unidades) en materiales plásticos, nylon, y aceros de diversas cualidades, que posibilitara su adquisición a un precio unitario final de entre 50 y 75 pesetas.
A pesar de que ni tan siquiera se llegó a fabricar un modelo de plástico tal y como se proponía en el proyecto comercial, Ángela Ruíz Robles mantuvo las cuotas y anualidades de su patente al corriente de pago hasta 1975, año de su muerte, prueba inequívoca de que nunca desesperó en su deseo de explotar comercialmente sus libros mecánicos, especialmente la Enciclopedia Mecánica, convencida de que la tecnología podía y debía facilitar el aprendizaje de los estudiantes.
Referencias bibliográficas:
- Memoria descriptiva de la patente de invención a favor de Ángela Ruíz Robles por "Un aparato para lecturas y ejercicios diversos". Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Oficina Española de Patentes y Marcas. Archivo Histórico. Exp. N.º P276346.
- Memoria descriptiva de la patente de invención a favor de Ángela Ruíz Robles por "Un procedimiento mecánico, eléctrico, y a presión del aire". Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Oficina Española de Patentes y Marcas. Archivo Histórico. Exp. N.º P190698.
- Estudio preliminar y anteproyecto de fabricación de la Enciclopedia Mecánica; ITEMA, S.A., 1971. Archivo de la familia Ruíz Robles
- RUÍZ ROBLES, Á. Libros mecánicos. Madrid: Burotel, 1970
- Archivo de la familia Ruíz Robles
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