| Clasificación Razonada |
La blusa junto con el huipil son las prendas de la indumentaria tradicional mexicana que usan las mujeres para cubrir el torso (el quechquémitl se usa para llevar por encima de la blusa o huipil). La diferencia entre ambos reside en el huipil está confeccionado con un solo lienzo que se dobla por la mitad dejando una abertura en el centro para la cabeza. La blusa está confeccionada con varias piezas cosidas entre sí.
Esta blusa es característica de la artesanía textil del pueblo otomí de la localidad de Ixtenco (antes San Juan Ixtenco ) en el estado de Tlaxcala. Los otomíes son un pueblo montañés que habita en las zonas de tierra fría y templada del centro de la República mexicana y sus altiplanos, ocupando territorios en los estados principalmente de Hidalgo y Puebla y algunos lugares de los estados de Michoacán y Tlaxcala.
La blusa de Ixtenco se caracteriza por la técnica del bordado pepenado que se realiza con hilo y aguja, siguiendo una línea y contando los espacios que se dejan en blanco (llamados pepenas) y los espacios en que el hilo es visible. Otra característica es la disposición de la decoración bordada (principalmente en azul o negro) concentrada en el pecho en forma de rectángulo, en las mangas con dos cenefas y en el perfil del cuello, además de presentar un volante fruncido debajo del pecho. Combinan motivos geométricos con otros figurativos donde abundan los zoomorfos (aves, cuadrúpedos, águilas que son el símbolo nacional.) y fitomorfos.
Las mujeres otomíes del estado de Tlaxcala combinan esta blusa con un chincuete o falda de lana negra, un ceñidor, un rebozo y sandalias o huaraches.
La procedencia de la blusa, otomí, Ixtenco, ha sido confirmada por Octavio Murillo (CDI, consulta 1 de octubre de 2014).
Esta pieza forma parte de la colección de indumentaria indígena mexicana formada por prendas que Manuela Ballester (Valencia, 1908-Berlín, 1994) fue comprando en mercados del país durante su exilio en México (1939-1959). La adquisición de prendas de indumentaria junto con pinturas, bocetos y dibujos realizados por la artista, y apuntes tomados a partir de su observación e investigación forman parte de un proyecto de estudio sobre el traje indígena mexicano que Manuela Ballester inició hacia 1944 en México. Refleja su interés por la moda y la indumentaria que también plasma en sus series de "Figurines de moda", "Embajadoras" y "Teatro".
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