| Historia del Objeto |
Adquirida por Pilar Citoler para PECI S.A. en la Galería Fúcares de Madrid
EXPOSICIONES
Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, GRETE STERN, OBRA GRÁFICA EN LA ARGENTINA, Buenos Aires, 15 Septiembre-15 Octubre 1995
Instituto Valenciano de Arte Moderno, SUEÑOS, GRETE STERN, Valencia, 26 Octubre 1995-30 Enero 1996
Galería Fúcares, GRETE STERN FOTOGRAFÍA 1927-65, Madrid, 5 Marzo-12 Abril 2003
Centro Cultural de la Villa, FRAGMENTOS: ARTE DEL XX AL XXI, Madrid, 11 Marzo-16 Mayo 2004
Claustro del Palacio de la Diputación, CIRCA XX. UNA COLECCIÓN PARTICULAR, Cádiz, 28 Enero-6 Marzo 2005
Museo de Navarra, COLECCIÓN CIRCA XX, MIRADAS SOBRE LA COLECCIÓN, LA VANGUARDIA INTERNACIONAL, Pamplona, 18 Enero-26 Febrero 2006
Palacio de la Merced, EL OJO QUE VES, Córdoba, 18 Enero-18 Febrero 2007 y Café Moderno, Pontevedra, 16 Marzo-9 Junio 2007
Círculo de Bellas Artes-Comunidad de Madrid, LENGUAJES DE PAPEL - COLECCIÓN CIRCA XX, PILAR CITOLER, Madrid, 16 Septiembre-16 Noviembre 2008. Exposición itinerante a las salas del Ayuntamiento y Diputación de Huesca (Centro Cultural Matadero), Huesca, 17 Abril-24 Mayo 2009
Vimcorsa, Palacio de la Diputación, CajaSur y Teatro Cómico Principal. MODERNSTARTS-ARTE CONTEMPORÁNEO EN LA COLECCIÓN CIRCA XX-PILAR CITOLER, Córdoba, 17 Enero-29 Marzo 2009
SALA KUBO-KUTXA (KURSAAL), ARTE como vida, San Sebastián, 31 Mayo-26 Agosto 2012
IAACC Pablo Serrano, PILAR CITOLER: COLECCIONAR UNA PASIÓN EN EL TIEMPO, Zaragoza, 30 Mayo 2014 - 25 Enero 2015.
La Bellevue, UNA PASIÓN PRIVADA: COLECCIÓN CIRCA XX, PILAR CITOLER, IAACC Museé Pablo Serrano, Saragosse. Biarritz, 18 Julio - 20 Septiembre 2015.
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| Clasificación Razonada |
Este fotomontaje es el nº31 de de la serie "Sueños", que Grete Stern realizó como ilustraciones para la sección «El psicoanálisis te ayudará» de la revista bonaerense "Idilio. Revista juvenil y femenina", que invitaba a las lectoras a enviar sus sueños con la promesa de interpretarlos. Grete Stern actuó como ilustradora, realizando las interpretaciones visuales de ciento cuarenta sueños entre el 26 de octubre de 1948 hasta el 24 de julio de 1951 (durante el gobierno peronista). Combinando humor y surrealismo, Stern logra transmitir potentes mensajes que denuncian la situación femenina en la sociedad de la época, a través de fotomontajes que la revista presentaba bajo denominaciones como sueños de encarcelamiento, sueños de incomunicaciones, sueños de enmudecimiento, sueños de renacimientos, sueños de cuerpo, sueños de elecciones ineludibles, sueños de desdoblamiento, sueños de individuación, sueños de triunfo y dominación o sueños de inhibiciones, entre otras.
Los "sueños" encargados a Stern tenían como condición que el personaje principal del fotomontaje fuese un personaje femenino soñando, generalmente, en la existencia de un conflicto y en el que dicho personaje está siempre presente explícita o implícitamente. Allí la mujer no es presentada sólo como víctima, sino como partícipe de su propia situación, y siempre en el doble aspecto de objeto decorativo y funcional". Así, en los fotomontajes de Sueños vemos principalmente a mujeres, mujeres encerradas, en peligro, con dificultades, agobiadas, asediadas, sufrientes o sutilmente irónicas ante situaciones relacionadas con los hombres, el matrimonio o la vida doméstica.
En los fotomontajes de Stern encontramos muchas imágenes arquetípicas, procedentes del "inconsciente colectivo" de Jung, una especie de conocimiento universal que aflora en imágenes primordiales presentes en los mitos, leyendas y religiones: el árbol de la Vida, representado por la tríada mujer-naturaleza-fertilidad; la barca dantesca de Caronte que conducía hacia la muerte de la personalidad por el vigor de los límites impuestos por la estrechez social; la puella aeterna o niña diosa inadaptada y desconectada del mundo consciente; el mito de Sísifo como metáfora del destino de la mujer, entendido éste como el matrimonio; el ojo que todo lo ve, el ojo de la Providencia, el Delta Luminoso, el Ojo de Horus, siempre vigilantes, etc.
Los fotomontajes que componía Grete Stern a partir de las cartas enviadas por lectoras a la revista Idilio venían acompañadas de los textos del sociólogo Gino Germani, que firmaba como Richard Rest, quien interpretaba los sueños recogidos en dichas epístolas y los presentaba a través de una clasificación escrupulosa y exhaustiva. El sueño queda por fin interpretado, el conflicto latente queda esclarecido y otorgaba recursos para una nueva orientación en la vida.
Las condiciones de Germani permitían que Grete trabajara con libertad la elección de las imágenes y sus combinaciones. Las obras realizadas solían situar a la mujer en un conflicto dentro de un escenario onírico. Más allá de lo sobresaliente en lo formal, las imágenes destacaban sobre todo por su aspecto conceptual, destilando una crítica ante determinados ideales femeninos y denunciando sutilmente la opresión a que la mujer era sometida. En general, se puede decir que los fotomontajes ironizan el contenido de la columna, por lo que se considera una obra de perspectiva feminista en contradicción con la línea editorial de la propia revista. Sabiendo de la ilegibilidad final de todo sueño, Stern alejaba las imágenes del contexto en que eran presentadas ("sueños de fracaso", "de cansancio", etc.) y solapaba imágenes que resuenan solas. Son insinuaciones, inducciones, no traducciones o diagnósticos. Los fotomontajes de Stern se encuentran mejor preparados para dar cuenta del inconsciente freudiano: los cambios de proporción, la sobreimpresión de las imágenes, la distorsión elaborada, los detalles amplificados, la dislocación de la perspectiva, emergen como una excelente traducción de los juegos retóricos del sueño y los límites de la interpretación. El material emergente producido por el genio de Stern desmantela el cuadro interpretativo de Rest. Stern introduce «otra cosa».
Lo curioso es que trabajando a pedido, con sueños ajenos de lo más diversos, Stern consiguiera una consistencia que hace pensar en un mundo propio, como si efectivamente hubiera sido Grete la única y misma soñadora. Es un universo que se hace eco del de Julio Verne y Georges Meliès, cuya cohesión quizá también se debe a su confección enteramente casera y artesanal.
Como la propia Grete Stern explicó en ocasión de una exposición de sus trabajos, ella recibía la carta original de la lectora acompañada del comentario de Germani y, con estos dos recursos de inspiración, realizaba un boceto a lápiz. Stern utilizó el fotomontaje con fines narrativos. En sus Sueños intuimos siempre un hilo conductor, no hay discontinuidad de texturas y superficies como en las obras dadaístas, sino una homogeneidad construida artificialmente. En sus "Apuntes sobre fotomontaje" la fotógrafa explicó el proceso de realización de la serie. Primero dibujaba a lápiz un boceto en el que organizaba todos los componentes que conformarían la composición; buscaba después fondos que manipulaba en tono y textura; y tomaba las fotografías de los objetos o personajes protagonistas de sus historias para colocarlas entre vidrios sostenidos por cartones. De este modo armaba la escena, como si se tratara de un escenario teatral, jugando con efectos de luces, sombras y contrastes o con primeros y segundos planos. Debido al escaso tiempo que Stern disponía para componer sus fotomontajes, extraía las imágenes para fondos y detalles de su archivo personal, incorporando en sus Sueños tanto fotografías de su obra previa como algunas del fotógrafo Horacio Coppola. Como hiciera años atrás en Berlín, usaba como modelos a personas de su entorno más cercano, especialmente su hija Silvia y su empleada, Etelvina del Carmen, quienes posaban con un vestuario totalmente casero, el que correspondía a las mujeres de clase media a las que iba dirigida la revista Idilio.
La impronta más relevante en los montajes fotográficos de Stern es sin duda el surrealismo: los Sueños satisfacen al pie de la letra las pautas de lo que los surrealistas entendían por representación. De una parte, se nutren de una materia onírica que ha sido traspuesta y llevada al plano de una narración ilustrada; y, puesto que se trata de sueños, las extrañas situaciones reproducidas introducen o sugieren circunstancias imposibles que, no obstante, son verosímiles, lo que configura la típica situación que el surrealismo caracterizó como maravillosa. Sería difícil encontrar obras más adecuadas que éstas para ejemplificar la función que el surrealismo daba al arte plástico: el descubrimiento de lo maravilloso sobre o por detrás de lo cotidiano. Stern compone tres planos del acontecimiento narrado: el propuesto por la carta de la lectora, el plano de la interpretación y su propia reelaboración icónica. Las imágenes superpuestas y descontextualizadas producen un sentido insólito, como nuevo es el objeto retratado, que lo real no contempla; y de resultas de ello, las imágenes no reproducen el trabajo maquínico de la cámara, sino la acción imaginativa de la mirada de la artista. Los Sueños de Stern remiten de manera evidente a los montajes fotográficos de Man Ray y a los experimentos visuales de Dalí cuando trabajaba bajo la influencia del psicoanálisis.
El IAACC Pablo Serrano cuenta con 4 ejemplares de los Sueños de Stern, procedentes de la Colección Circa XX, que ilustraban los apartados: "Los sueños de animales", "Los sueños de triunfo y dominación", "Los sueños de obstáculos" y "Los sueños de pincel".
El Sueño nº31 fue presentado como "Los sueños de pincel" y publicado en "Idilio" nº 101, el 24 de octubre de 1950. Como apunta María Jesús Folch, la insistencia de Stern por denunciar la concepción de la mujer como "ángel del hogar" se concentró en dos cuestiones: la maternidad y la instrumentalización del cuerpo femenino. En este Sueño nº 31 la cabeza de Silvia Coppola (hija de Grete Stern y Horacio Coppola) se transforma en un pincel con el que pinta una mano masculina. La cabellera de la joven, convertida en la cerda del pincel, se dobla al impulso de la pincelada. Así, no sólo se comenta el trato utilitario a que es sometida la mujer-herramienta, sino que se ironiza con uno de los encantos físicos femeninos más valorados y clásicos, es decir, la cabellera. Por último, el dato más inquietante: en el rostro de la bella jovencita se advierte un estado de felicidad que alude claramente al éxtasis amoroso. Según Gino Germani, el sociólogo responsable de los textos que acompañaban los fotomontajes en "Idilio", la soñante se había convertido en un instrumento en manos de su marido, pero no como un elemento creador o inspirador, sino como algo destinado tan solo a dar brillo o adornar las obras o actuaciones de su cónyuge. Esta interpretación posiblemente es muy cercana a la que Grete quiso transmitir.
El Sueño nº31 es uno de los seis sueños que Grete Stern modificó tiempo después de su publicación en Idilio, posiblemente con motivo de una exposición que realizó en 1967. En la nueva composición varía el fondo, la posición de la cabeza y, más levemente, el escorzo de la mano y el pincel. Aparentemente la alteración tuvo motivaciones plásticas, aunque no debemos descartar otras. En la primera versión el pincel y la mano quedan muy pequeños dentro del cuadro blanco. En la segunda, los pliegues de la sábana donde descansa la cabeza de la joven mejoran ese punto e introducen un elemento de intimidad que se agrega al éxtasis de la muchacha y proponen las mismas asociaciones que encontramos en Artículos eléctricos para el hogar: la mujer como objeto de uso masculino y, sobre todo, de uso de alcoba. La humillación consentida por la mujer de los Sueños es una nota muy fuerte de la obra. El título "Made in England", posiblemente fue otorgado por la artista en este momento.
Juan Manuel Bonet escribió a propósito de los Sueños: "Absolutamente memorables resultan algunas de estas imágenes que en clave onírica sintetizan los problemas de la condición femenina, imágenes inscritas en la gran tradición vanguardista (dadá, constructivismo, nueva objetividad, surrealismo) de la que la artista se había empapado durante sus años berlineses, y a la vez cargadas de muy personales hallazgos".
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| Bibliografía |
COLECCIÓN CIRCA XX, MIRADAS SOBRE LA COLECCIÓN. La Vanguardia internacional. Pamplona: 2006. il. col. portada (detalle) y p. 108.
ARTE como vida. Sala Kutxa, 2012. s/c, il. col. p. 97 (con título Sueño nº 35, fechado en 1949) (cat. pp. 102-104)
DE CORRAL, María. Pilar Citoler: Coleccionar, una pasión en el tiempo. IAACC PABLO SERRANO. Zaragoza: Gobierno de Aragón, 05/2014[ca].
DELGADO, Carlos. Circa XX. Una colección particular. Madrid: 2005. El año de las artes. il. col. p. 115, comentarios pp. 164-165. Il. col. en portada del catálogo, programa de mano y cartel de la exposición.
El ojo que ves. Diputación de Córdoba - Fundación CaixaGalicia, 2007. pp.188-189. il. p. 189
FOLCH, María Jesús. Caso de estudio. Grete Stern. IVAM. Generalitat Valenciana, 2015.
Fragmentos. Arte del XX al XXI. Madrid: Ayuntamiento de Madrid, 2004. nº cat. 170, ficha técnica comentada e il. col. p. 319
Grete Stern. Sueños. Círculo de Bellas Artes, 2015.
Lenguajes de Papel. Colección Circa XX. Madrid: 16/09/2008-16/11/2008. il. col. p. 331.
Modernstarts - Arte contemporáneo en la colección Circa XX-Pilar Citoler. Córdoba: 2009. il. col. p. 329.
MONZÓ, Josep Vicent; PRIAMO, Luis. Grete Stern, Instituto Valenciano de Arte Moderno. Valencia (m): 1995.
OLIVARES, Rosa. El psicoanálisis le ayudará. Madrid: 2003.
PRIAMO, Luis. La obra grafica de Grete Stern en la Argentina. Argentina.
Una pasión privada: Colección Ciirca XX, Pilar Citoler. 2015. 60.
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