Foto: Raúl Fernández Ruiz

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Museo Museo Arqueológico Nacional
Inventario 32641
Clasificación Genérica Metales; Escultura; Recipientes
Objeto/Documento Balsamario
Conjunto Negativo sobre nitrato de celulosa y FM; Ficha antigua 1ª Sección y FM
Materia/Soporte Bronce
Técnica Fundido a la cera perdida
Dimensiones Altura = 16,50 cm; Anchura máxima = 15,20 cm
Base: Anchura = 10,50 cm
Descripción Vaso antropomorfo en forma de busto de joven. Viste túnica, con pliegues paralelos, que deja desnuda la parte derecha del torso pero que se sujeta en el hombro izquierdo con una fíbula circular. Va peinado mediante gruesos mechones ondulados que caen sobre la frente y a ambos lados de la cara. Las facciones del rostro están muy marcadas.

En la misma zona de los parietales surgen dos anillas que engarzan el asa, móvil, constituida por dos prótomos con delfines que descansan en la parte recta y horizontal del asas, decorada con incisiones formando temas vegetales. En la parte superior de la cabeza está una pequeña tapadera circular. Parece ser obra de algún taller provincial que sigue los modelos establecidos en Alejandría durante los siglos I y II.

De estos balsamarios o contenedores de aceite perfumado o bálsamos, se han conservado representaciones de Mercurio, Hércules, Marte, Baco y otros personajes como sátiros y faunos, al igual que jóvenes adolescentes, asimilados en ocasiones a Antinoo. Diversos autores asocian, sin lugar a dudas, las representaciones de Mercurio en estos recipientes a la palestra, ya que es el dios de los gimnasios y de los ejercicios físicos, protector de las competiciones atléticas.

En el mundo romano la cerámica y el vidrio son los materiales más utilizados en la realización de contenedores de perfumes, aunque según Plinio (HN. XIII, 19), el plomo sea lo mejor.

Los hallazgos arqueológicos sitúan a estos balsamarios de bronce en todas las provincias del Imperio, muchos de ellos en contexto funerario. Otros presentan numerosas huellas de uso, lo que significa que fueron utilizados mucho tiempo. En cuanto a su uso, y por los residuos encontrados y analizados en algunos de ellos, la creencia general es que fueron utilizados para contener aceites perfumados que se usaban en los baños y en la palestra para cubrirse el cuerpo. Estos balsamarios eran piezas lujosas que contenían productos sólidos de alta calidad y muy costosos que se aplicaban mediante la espátula o con las manos. Los romanos se daban masajes después del baño caliente para fortalecer sus músculos, el masajista, un esclavo debía tener las manos untadas con aceite para una perfecta realización del masaje.

Podían contener perfume que estaba realizado con aromas y aromatizantes fijados o aglutinados con algún tipo de aceite: ungüento, una mezcla de partículas grasas y perfumes y también bálsamo, que era resina aromática, incienso, ámbar o azafrán. Todos se daban en el cuerpo mediante fricción y siempre están asociados al aseo y al deporte. El azafrán en forma de aceite o polvo era utilizado en las ofrendas de los funerales, como medicamento, como afrodisíaco en la bebida y en las termas. El perfume es sagrado, su uso es siempre positivo, es una aspiración hacia una unión con lo divino.
Iconografia Fauno
Datación 101=300 (S. II-III)
Contexto Cultural/Estilo Cultura Romana
Lugar de Procedencia Arenas de San Pedro(Valle del Tiétar (comarca), Ávila)
Historia del Objeto Colección: Bauer
Forma de Ingreso Donación
Fecha de Ingreso 1926
Catalogador Antigüedades Griegas y Romanas
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