Descripción |
Imagen de una pareja que posa en el interior de una taberna, en cuyo fondo se aprecian varias estanterias con jarras, pucheros y cántaros, y que lucen indumentaria tradicional del País Vasco. La mujer, a la derecha y de perfil, lleva camisa y saya y cubre la cabeza con un pañuelo blanco; el hombre, de frente, parece llevar un traje de pescador embreado y cubre la cabeza con una boina negra.
Foto original de formato vertical. En el reverso aparecen anotaciones manuscritas originales.
Es una de las 217 copias en papel que en 1933 Ortiz Echagüe vendió al Museo del Traje Regional e Histórico, que en 1934 se convirtió en el Museo del Pueblo Español.
En 1937, 155 de estas copias fueron prestadas para su exhibición en el Pabellón Español de la Exposición Universal de Paris para ilustrar la sección de arte popular; posteriormente participaron en el Museo del Hombre de la capital francesa en otra exposición de cerámica, artesanía y artes populares entre octubre de 1938 y enero de 1939. Al acabar esta muestra, las fotografías permanecieron en Paris hasta que el Servicio de Recuperación del Patrimonio se hizo cargo de ellas y, finalmente, en 1940 se devolvieron al Museo del Pueblo Español sólo 153, perdiéndose 2 en el proceso.
José Ortiz Echagüe (Guadalajara 1886 - Madrid 1980) fue de los más importantes fotógrafos españoles del siglo XX y, posiblemente, el mejor representante en España del llamado `pictoricismo´ una técnica de fotografía artística relacionada con la pintura, aunque Ortiz Echagüe negó siempre esta vinculación.
Fue ingeniero militar, piloto de aviación y fundador de las empresas CASA (Construcciones Aeronáuticas S.A.) en 1923 y de SEAT en 1950, pero desde que a los 12 años le regalan su primera cámara, la fotografía se convierte en una afición que llena todo su tiempo libre y por la que fue ampliamente premiado y reconocido tanto nacional como internacionalmente.
Él mismo revelaba y positivaba todas sus fotografías con la técnica de impresión al carbón sobre papel Fresson, un papel rugoso como de acuarela, que tiene encima una capa de carbón. Cuando este dejó de comercializarse, acabó fabricando su propio papel al que llamó Carbondir. Esta técnica permitía que, una vez se había revelado la imagen sobre el papel aún húmedo, podía retocarse con pincel, muñequilla o raspador dando un matiz artístico a cada fotografía, que se convertía así en una pieza única.
La primera obra que logra reconocimiento público es `Sermón en la aldea´ en 1903 y, a partir de ahí repite elementos característicos de su estilo que lo hacen fácilmente reconocible: una puesta en escena muy cuidada, donde es tan importante el escenario en el que se desarrolla como la composición de la imagen, y el gusto por los tipos populares, aunque estos no responden al momento real en el que se toma la instantánea sino que en sus viajes por España elegía a los modelos que le resultaban más significativos y los vestía con la indumentaria típica de la localidad para crear unos estereotipos de un mundo rural que estaba desapareciendo.
Esto llevaba a que las imágenes estuviesen descontextualizadas del momento cronológico de la imagen fotográfica, trabajando de una manera similar a como lo hizo Sorolla para los paneles de las `Visiones de España´ que realizó para la Hispanic Society de Nueva York.
Agrupó su obra en cuatro libros: `Tipos y Trajes´ (1930) con prólogo de José Ortega y Gasset de la que llegaron a publicarse 11 ediciones, `España, Pueblos y paisajes´ (1939), `España Mística´ (1943) y `España, Castillos y Alcázares´ (1956), a los que habría que añadir una serie sobre Marruecos, tomada en la década de 1910 cuando estuvo destinado en el entonces Protectorado Español.
|