Descripción |
Imagen de una vara de cardo espinoso con dos flores secas y espinas de rosal colocadas a la inversa a lo largo del tallo. La parte puntiaguda pinchada en el tallo. La obra pertenece a la serie "Herbarium".
Joan Fontcuberta ha abordado la fotografía desde una innovadora práctica artística al mismo tiempo que desde el ensayo, la investigación histórica, la docencia y el comisariado. Periodista de formación, su trabajo se ha centrado en el cuestionamiento de los valores tradicionales de la fotografía: verdad, memoria, archivo y, de su uso como autentificador de los discursos de autoridad hechos desde la cultura tecnocientífica, la religión o el periodismo. De igual modo, desde en el estudio de la evolución del medio que, abandonando esos valores, ha transitado hacia la postfotografía que se define como "la fotografía que fluye en el espacio híbrido de la sociabilidad digital y que es consecuencia de la superabundacia visual". Utilizando sus palabras, la fotografía ha pasado de ser escritura a ser lenguaje.
"Herbarium" es una de sus primeras series, en la que evidencia que "la fotografía puede ser verosímil, pero no verdadera", haciendo una reflexión crítica sobre la verdad científica. Para ella, partió de los libros de Karl Blossfeldt: "Urfermen der Kunst" (1928) y "Wundergarten de Natur" (1932) que presentan una sistematización rigurosa de documentación científica y botánica y que Blossfeldt utilizaba para enseñar a sus alumnos de escultura y de forja artística cómo la naturaleza había sido fuente de inspiración durante el período del Art Nouveau. En contraposición a esa naturaleza que terminaba siendo ornamento arquitectónico, Fontcuberta realiza pequeñas composiciones efímeras con restos de deshecho recogidos en las calles de Barcelona (chatarra, plásticos, restos de plantas y de animales, etc.) y los fotografía creando un repertorio botánico de falsas plantas exóticas. Como él mismo explica: "Me he asignado simbólicamente así el papel de diseñador genético que recrea especies acordes a un paisaje definido por una naturaleza artificial".
"Herbarium" advierte sobre la confianza acrítica, sobre la objetividad de las imágenes. Para esto no sólo utiliza la fotografía como objeto aislado. También se sirve del libro como obra en sí misma. En el contexto expositivo, se ayuda de una escenografía que ambienta y potencia el relato fotográfico, en la que caben todo tipo de objetos: libros, documentos, instrumentos, dibujos, plantas, con sus respectivas cartelas, vitrinas, anaqueles. Todo ello con un trasfondo en el que no está ausente la ironía y el humor como estrategia de comunicación.
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