Descripción |
Licenciado en Ciencias Económicas y fotógrafo autodidacta, Juan Manuel Castro Prieto ha logrado sin embargo un amplio reconocimiento por su extraordinaria habilidad como positivador, ya sea de legados históricos o de fotógrafos contemporáneos. En paralelo, ha ido forjándose él mismo una sólida trayectoria como fotógrafo. Lo característico de sus fotografías es el equilibrio constante entre la ficción y la representación, con un fuerte componente biográfico. Una buena parte de su obra ha estado marcada por los viajes: Perú, Etiopía, India, los archipiélagos del Pacífico Sur, México. Países mitificados sobre los que Castro Prieto arroja una mirada fabuladora. Con ella capta situaciones extrañas, improbables, pero perfectamente reales, tanto en sus retratos como en sus naturalezas muertas. Muestra de ello han sido "Perú. Viaje al Sol" (2001), o su exposición del "Culto Cargo" (2007), realizada en la isla Tanna, en el Pacífico sur.
Asimismo, en un libro como "La seda rota" (2.006) -que recoge su visita junto al escritor Andrés Trapiello a la casa de los Madrazo, cerrada durante dos siglos- se aprecia su capacidad no ya de hacer pasar la realidad por fantasía sino de mostrarnos los fantasmas de la realidad. Siempre ha sacado partido de sus recursos técnicos, creando imágenes con gradaciones de nitidez, que destacan o empañan partes de la escena. En ese afán experimentador se encuentra su último trabajo, realizado en India y Etiopía, cuyas imágenes muestran un color que no es realista sino ensoñado.
"Burguillo" pertenece a "Extraños" (2003), un trabajo singular por ser el menos realista de los que ha realizado. Se trata más bien de una visión subjetiva, ligada a la memoria de la infancia, que combina paisajes y retratos más o menos distorsionados con otras en las que aparecen elementos simbólicos de un vocabulario personal. Fotografías "construidas", que no documentan la realidad y cuyo significado es recóndito, pues carecemos de las claves para acceder al mencionado simbolismo. "Burguillo", presentada en una caja de luz, es un retrato claustrofóbico y literalmente asfixiante. Una imagen interior, onírica, "tomada" por tanto no de la realidad sino de la memoria y de la imaginación del autor. Publio López Mondéjar, que considera "Extraños" su obra más lograda, escribe: "En este álbum inquietante se compendian todas las plurales sabidurías de Castro Prieto, la obsesión de la muerte, la nostalgia de un mundo ya abolido, el desamparo y la orfandad, pero también la emoción, el gozo y la piedad". Y Alejandro Castellote añade: "A través de estos temas se puede descubrir el lento proceso de maduración de una gramática visual propia". (Texto de José María Parreño, Catálogo Colección CA2M, 2010).
|