Clasificación Razonada |
En 2018, durante unas obras de conducción de aguas en la calle Albarderos de la ciudad de Albacete, a la altura del Callejón de las Portadas, se halló una bodega subterránea de la que se había perdido el recuerdo.
La bodega, de unos doce metros de largo, tuvo un acceso abovedado reforzado con zócalos de mampostería de piedra trabada con argamasa. Su interior era un espacio rectangular con hornacinas excavadas en las paredes de tierra que contenían tinajas de vino; algunas aparecieron de pie y otras tumbadas. Una fue fabricada en los alfares de Colmenar de Oreja (Madrid) y ocho en los de Villarrobledo (Albacete) en el siglo XIX.
La decoración de otras dos tinajas, también de Villarrobledo, son de gran interés porque son la prueba material de lo que decían las fuentes, que esa industria existía a principios del siglo XVII, tal como se recoge en el Arancel y Reformas de Precios de las mercadurías, salarios y jornales fecho en virtud de las Reales Pragmáticas de 1627. Estas piezas tienen la particularidad de llevar dos marcas hechas sobre la arcilla en fresco que se localizan en la parte alta (hombro) de los recipientes: una estampilla impresa es el sello del alfar, compuesta de una cruz sobre tres montes (quizás el Gólgota) y rosetas radiadas que se intercalan con sellos en forma de lengua. Este motivo pudo tener un carácter protector. La segunda es una amplia rúbrica incisa que podría tratarse de la firma del tinajero.
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