Descripción |
Aerófono de lengüeta provisto de un depósito flexible de aire que el fabricante ha sustituido por un material sintético blando, similar a la borra, con el propósito de proporcionarle consistencia y evitar que, al exponerlo, los tubos del instrumento quedaran colgando indebidamente o mal colocados. El depósito de aire ("baga") iría embutido en una funda, en este caso de piel similar al ante, de color anaranjado y cosida con bramante en forma de cuello de cisne a lo largo de su perímetro. En esta funda se han practicado cuatro orificios que se corresponden con los tubos que emergen de ella. Tres de estos tubos son sonoros (tubo melódico o "diana", bordón grande y bordón pequeño, "orghègn") y el cuarto, insuflador ("bochì"). Cada uno de los tubos está unido al depósito de aire mediante un tubo de ensamblaje independiente.
Los tubos sonoros carecen de lengüeta sonora, correspondiéndole al tubo melódico, de sección cónica, una lengüeta doble, y a los bordones sendas lengüetas simples. El bordón grande consta de tres secciones ensambladas entre sí mediante espigas, rematando la más alejada de la lengüeta sonora en un resonador hueco y de forma esférica-ovalada. El bordón pequeño está integrado por dos piezas igualmente ensambladas, rematando la más alejada de la lengüeta en un resonador similar al del bordón grande. Ambos bordones están afinados a una octava de distancia entre sí, y el pequeño una octava más grave que la nota fundamental del tubo melódico.
La decoración de la pieza se ha realizado mediante molduras torneadas. La madera presenta un tinte tipo "anilina" que provee a las piezas de un acabado ligeramente más oscuro, imitando pátina de antigüedad.
El "baghèt" se toca en las provincias de Bérgamo y Brescia (Lombardía) y, por su morfología, pertenece a la familia de gaitas de Europa occidental, difundida a partir de los siglos XIII y XIV.
El "baghèt" se documenta por primera vez en el siglo XIV, siendo sus representaciones más conocidas el fresco de San Buenaventura en la iglesia de Santa María Maggiore, Città Alta (1347), el fresco del castillo de Bianzano (fines del siglo XIV) y la danza macabra de la iglesia de San Vigilio (Pinzolo), pintado por Simone il Baschenis en 1539. En la tradición posterior ha sido un instrumento de construcción popular y pastoril, generalmente tocado en invierno, época de menos trabajo, hasta la fiesta de la Epifanía. Aunque debió estar extendido por toda la provincia, llegó en uso hasta el siglo XX en solo dos valles: Val Seriana y Val Gandino. Cayó en desuso en los años cincuenta del siglo XX. El último gaitero en activo de la antigua generación fue Giacomo Ruggeri, "Fagòt", de Casnigo (1905-1990), gracias a cuya memoria se logró recuperar su digitación, su estilo y su repertorio. En los años ochenta del siglo XX, el instrumento fue revitalizado por Valter Viella, gaitero y luthier, en cuyos trabajos de campo localizó siete instrumentos originales. También ha impulsado su recuperación Luciano Carminati, descendiente del gaitero Giacomo Ruggieri.
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