Descripción |
Se representa en esta obra la plaza del Padre Suárez con la fachada de la Casa de los Tiros al fondo, envuelta en el ambiente propio del costumbrismo decimonónico, y varios personajes, así a la izquierda del cuadro podemos ver un puesto en el que se ofrecen tortas de aceite y otros dulces, que la panadera ordena mientras que una señora acompañada de una niña los contempla. Detrás de esta escena se encuentra un grupo, tres señores y una señora, en animada charla y delante de la fachada, a un lado de la puerta una pareja, ella sentada y él de pie (ambos apoyados en la pared) presentan sus mercancías en el suelo, al otro lado de la puerta dos mujeres venden flores. Tres mujeres pasean, dos en el centro cogidas del brazo y una, de perfil, que se aleja de la escena. Como podemos ver en esta acuarela, de colores cálidos, la representación gráfica de la ciudad se convierte en el siglo XIX en inseparable de la presencia humana, los monumentos, calles y plazas van a estar unidos a los personajes que habitualmente se mueven en esos espacios.
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