| Descripción |
Placa metálica rectangular decorada con roleos en sus esquinas en la que se inscribe un marco; dentro se representa una mesa con una niña encima que levanta una taza, otra sentada con su brazo también levantado y enfrente un niño de pie que sujeta con una mano una cuerda con un coche de juguete y con la otra en alto un sombrero; están tomando chocolate y galletas. A ambos lados de la escena, y en la mesa, inscripciones.
La publicidad experimenta un gran avance desde finales del siglo XIX- en estrecha relación con la expansión industrial, tecnológica, comercial y urbana que se produce en estos años- a lo que también contribuye la mejora de la impresión gráfica por medio de la cromolitografía.Se servirá de diferentes soportes; el más tradicional y popular es el papel, pero también se utilizarán otros como la hojalata ( chapa de hierro o acero recubierta de estaño) gracias al desarrollo del sistema de impresión offset que permitío imprimir sobre planchas de metal.En las últimas décadas de siglo la metalografía se desarrolla sobre todo en Alemania y en Estados Unidos; los primeros artículos producidos fueron placas de reclamo y carteles.
Esta placa ha sido fabricada en la empresa alemana Prager & Lojda, ubicada en Belín y que desde el siglo XIX se dedicaba a la produción de cartones y litografías.
La hojalata (aleación de hierro o acero y estaño) ha sido uno de los materiales preferidos desde finales del XIX para la fabricación, sobre todo de envases, pero también de los más variados objetos, gracias a su resistencia y sus propiedades anticorrosivas.
Publicta una marca de chocolate. Aunque a finales del XVIII ya había en España alguna factoría de chocolate, no es hasta mediados del XIX cuando se incorpora por primera vez la máquina de vapor a la producción de chocolate. En España había una larga tradición del consumo de este producto desde su introducción desde el continente americano en el siglo XVI. Aunque era un producto exclusivo en un principio, su consumo fue creciendo y a finales del siglo XIX era ya sumamente popular en nuestro país, a lo que contribuyó la gran cantidad de marcas locales que lo fabricaban, como "La Selecta", fundada en Vigo en 1901.
La leyenda de la chapa hace alusión a las innovaciones tecnológicas del momento que se introdujeron en las fábricas revolucionando la manera de producir: el vapor y la electricidad.
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