Descripción |
Busto de militar, ataviado con uniforme, banda y condecoraciones. Base circular moldurada sobre peana prismática de madera.
Durante el siglo XIX la mayor parte de los retratos escultóricos, que buscaban la exactitud formal y el detalle, a pesar de una cierta idealización del modelo, representaban a personajes de la aristocracia o la burguesía que afanaban su permanencia en el tiempo por ese medio. En este caso, se trata no obstante del busto de un militar y posiblemente sea una reducción del busto del general Francisco Serrano fundido en la fábrica de Trubia y conservado en el Museo del Ejército. En este sentido, Wifredo Rincón señala que este busto es obra de José Piquer y Duart y "debe tratarse de una reducción del busto de este general que fue fundido en la Fábrica de Trubia junto con otros bustos de generales, entre 1855 y 1862".
El general Serrano fue sin duda una de las figuras más destacadas de la política española del siglo XIX. Su carrera política, iniciada en 1839, estuvo marcada por la ausencia de una ideología clara, cambiando de criterio según lo exigían las circunstancias. Contribuyó a preparar la revolución de 1868, fue nombrado Presidente del Gobierno provisional y, hallándose España sin monarca, alcanzó el puesto de regente con tratamiento de alteza el 15 de julio de 1869. Adicionalmente, durante el reinado de Amadeo de Saboya, presidió varias veces su gobierno.
El Museo del Romanticismo conserva otros bustos similares de militares con los que éste forma conjunto y que corresponden a Ros de Olano, Azpiroz, Espartero, O´Donnell y Narváez (inv. CE6159, CE6160, CE6161, CE6162 y CE6163, respectivamente).
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