Descripción |
Tres tipos populares embozados en capas, algunos con los rostros cercanos a lo grotesco, y una anciana, escuchan cantar a una joven sentada bajo una encina. En segundo plano se distingue a otro personaje masculino tocado con chistera y monóculo, que pertenece a otra clase social, observando a la joven. Al fondo se distinguen más personajes conversando bajo árboles.
Tal vez se trate de una escena costumbrista durante la romería de san Eugenio en El Pardo, que tenía lugar cada 15 de noviembre y donde la gente iba al monte del Pardo, cercano a Madrid, a recoger bellotas. En esta obra está presente un tema recurrente en Alenza: la contraposición entre juventud y vejez.
Leonardo Alenza pertenece a la escuela costumbrista madrileña, que a diferencia de la escuela andaluza, más amable y colorista, nos da una imagen verídica y realista de las clases populares de la primera mitad del siglo XIX, en donde la influencia de Goya siempre está presente.
Isidoro Rosell fue discípulo de García Martínez y se formó en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. Ostentó el cargo de jefe de la Sección de Estampas de la Biblioteca Nacional, haciendo una importante labor de ordenación de los fondos. Rosell, gran admirador de Alenza, adquirió dibujos del artista a Micaela Bertrandi, madrasta de Alenza. En 1877 grabó al aguafuerte diecinueve dibujos que llamó "Caprichos de Alenza", a los que añadió una portada de su creación, mereciendo una tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1878. Rosell supo interpretar de una manera fiel los dibujos de trazo rápido de Alenza. Esta estampa se corresponde con el Capricho n.º 6 de la colección.
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