Descripción |
En "Exchange Value", Thomas Hirschhorn utiliza materiales industriales como cinta adhesiva, cartón, impresiones fotográficas, papel de aluminio y materiales de desecho, que amontona en una carpa improvisada. De un lado de la carpa, convertida en una especie de tienda de mercado ambulante, aparecen cajetillas, botes de refrescos y otros productos del consumo masivo, como referencia a la banalidad que invade una parte de la sociedad consumista, mientras en el otro lado reina el vacío: el exceso y la ausencia de nuestra sociedad. El título, "Exchange Value", alude al concepto marxista de "valor de cambio" por el que se guían las sociedades capitalistas, donde todo, incluso los materiales precarios, cobran valor por el mismo hecho de ser intercambiados y puestos en circulación.
Es habitual encontrar en los trabajos de Thomas Hirschhorn todo tipo de materiales presentes en la vida cotidiana, como plástico, papel, fotocopias, libros, cartón, pintura, spray, madera, tela, cables, flores, con el que elabora sus obras. Al utilizar materiales pobres, el artista les otorga un valor distinto al valor que les confiere el mercado. En palabras del artista, "quería hacer arte pobre, pero no Arte Povera (.) Hacer arte rico significa trabajar con valores establecidos, significa trabajar con una definición de calidad, de valor y de riqueza. Rechazo trabajar con nociones establecidas. Trato de desestabilizarlas. Trato de contaminarlas con un cierto aspecto de realidad no valioso". Hirschhorn se vale de la producción industrial de la escultura minimalista y de la superproducción del tardo-capitalismo y su destrucción sistemática de recursos naturales. Porque en palabras del artista: "no se puede ser más estúpido que el capital" (Art Press, n.º 239, 1998).
Como explica Valeriano Bozal ("Imágenes de la violencia en el arte contemporáneo", Akal, 2018): "La saturación en sus displays, vitrinas, altares.obedece a la intención del artista de imbuir al espectador en un exceso de sustancia que tenga la potencia plástica que tiene el mundo real. Así, su obstinación se centra en reconectar la cultura con la vida real (...) mediante microescenas fragmentarias que provocan en el espectador un sumergirse en la dramaturgia del espacio".
De acuerdo con la crítica y filósofa Chantal Mouffe, existe en la práctica artística de Hirschhorn una experimentación utópica, al imaginar nuevas formas sustitutivas; comunidades o sociedades construidas en torno a valores en oposición al ethos del capitalismo tardío. Según la autora, Hirschhorn se situaría entre aquellos artistas críticos - como Jeremy Deller o Antony Gormely- que realizan "intervenciones agonísticas en el espacio público" pues el arte crítico en las sociedades postdemocráticas actuales pueden constribuir a la construcción de nuevas subjetividades (Chantal Mouffe, "Practicas artísticas y democracías agonísticas", Akal, 2007, pág. 69).
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