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Mónico Sánchez Moreno (1880-1961), nació en Piedrabuena (Ciudad Real). Fue un emprendedor, inventor, ingeniero y empresario, que revolucionó la vida de su pueblo natal en la segunda década del siglo XX, al fundar una industria de fabricación y venta de aparatos electromédicos y electrofísicos. De origen humilde, emigró con 24 años a Nueva York donde estudió ingeniería eléctrica e ideó, además de un aparato de medida eléctrica, su generador portátil de rayos X y corrientes de alta frecuencia, dispositivo con el que alcanzó fama y prestigio internacional.
En 1909, durante la Exposición de Electricidad que tuvo lugar en el Madison Square Garden de Nueva York, Mónico Sánchez, que entonces trabajaba como ingeniero jefe en la Collins Wireless Telephone Co, presentó su aparato portátil de rayos X. Compartió escenario con dos de las grandes compañías eléctricas del momento, la General Electric fundada por Edison y la Westinhouse Co, empresa para la que trabajó Nikola Tesla.
Cuatro años después, contrastado el éxito europeo de su invento y tras haber fundado la Sanchez Electrical Co en los Estados Unidos y la European Electric Sánchez Company S C, ya con sede en Piedrabuena, emprendería el proyecto de levantar su propia empresa para la fabricación del generador portátil, los tubos de rayos X y cuantos accesorios eran precisos para el diagnóstico radiográfico, la electroterapia o las demostraciones científicas en su ciudad de origen: el Laboratorio Eléctrico Sánchez (1913-1961), una gran fábrica de 3500 m2 de superficie con todas las dependencias necesarias para la producción y comercialización de sus instrumentos.
Para la construcción del inicialmente nombrado como Sánchez Electrical Laboratory además de la adquisición de los terrenos donde se habría de establecer, hubo de acometer importantes obras de infraestructura, como la traída de agua, y la construcción de una central eléctrica, que además abastecía al vecindario. La obra estaba prácticamente terminada en 1915 y el Laboratorio a pleno rendimiento en 1918 cuando ya es visitado por políticos en campaña electoral.
Los primeros años de la empresa fueron realmente exitosos. Al comienzo de la Primera Guerra Mundial, el ejército francés adquirió equipos portátiles destinados a Bayona y Burdeos, y en España se vendieron a clínicas y dispensarios médicos de grandes y pequeñas localidades. Se llegó a proyectar una escuela de radiología para impartir cursos prácticos y teóricos en el propio Laboratorio y aunque nunca llegó a materializarse, sí que trabajó para el Laboratorio un médico especialista en "electromedicina".
El proyecto empresarial del Laboratorio Eléctrico Sánchez fue enormemente fructífero para el desarrollo de Piedrabuena y su entorno. Más allá de las mejoras en instalaciones y equipamientos, procuró trabajo a gran parte de sus habitantes -muchos de sus empleados eran mujeres- y sólo cuando no encontraba un perfil concreto entre sus conciudadanos recurría a contratación de especialistas foráneos, como los sopladores de vidrio de origen alemán.
La Guerra Civil frenó repentinamente la evolución de la empresa. Los problemas de importación de materias primas, los recelos y las envidias, acabaron por paralizar el negocio que apenas si pudo dar muestra de actividad en la década de los 40 tras la incautación de sus instalaciones.
La empresa de Mónico Sánchez sobrevivió a décadas convulsas en Europa manteniendo activo el Laboratorio durante casi cincuenta años. En la actualidad, apenas se conserva una pequeña parte de la fachada y en los terrenos sobre los que se levantó hoy se erigen una escuela, el Centro de Salud y el Centro Cultural de Piedrabuena.
La primera patente del generador Sánchez data de 1909. Se comercializaba con el nombre de Collins-Sánchez, pues en aquel momento el fundador del Laboratorio Eléctrico Sánchez trabajaba como ingeniero jefe para la Collins Wireless Telephone Co. El dispositivo introducía mejoras sustanciales respecto a las máquinas ya existentes entonces, principalmente la simplificación del circuito de alta frecuencia que favorecía la eficiencia, portabilidad y fiabilidad del aparato.
Eliminó el clásico transformador de núcleo de hierro como elemento generador de la alta frecuencia, y dispuso, en su lugar, un interruptor electromagnético y un condensador eléctrico de gran capacidad conectado en serie con una inductancia. Con el circuito oscilatorio así formado era posible inducir descargas de hasta 100 000 V cuando capacidad e inductancia se encontraban acopladas en perfecta resonancia eléctrica. La alta frecuencia y potencial que generaba el aparato eran suficientes como para iluminar cualquier tubo de rayos X de la época, con el añadido de que su uso podía llevarse a cabo en todo domicilio con acceso a la red eléctrica convencional, pudiendo funcionar con sólo 3A de intensidad y potenciales entre los 100 y 250 voltios.
Entre 1909 y 1912 registra su diseño en 14 paises diferentes, 9 de ellos europeos: España, Francia, Portugal Bélgica, Italia, Inglaterra, Alemania, Suiza y Austria. El resto, en Estados Unidos, México, Rusia, Brasil y Argentina.
Los cambios realizados sobre el diseño original del generador desde su invención hasta que deja de fabricarse son apenas significativos debido, en parte, por la situación de atraso y aislamiento internacional que vivió España desde la Guerra Civil hasta finales de la década de los años 1950 y que le impidió evolucionar su dispositivo para hacerlo compatible con el uso de los tubos de rayos X de filamento incandescente del tipo Coolidge -inventados en 1913 y de uso generalizado en la década de los 30- que vinieron a remplazar los viejos tubos de rayos X de tipo Crookes con los que funcionaba el generador de Mónico Sánchez.
La obsolescencia del diseño de Sánchez limitó su proyección internacional en los años de la postguerra, pero no tanto su uso en España, realmente significativo en la docencia, tanto en el campo de la medicina como en el de la física. Su fácil manipulación y transporte, bajo coste de adquisición en comparación con aparatos para similares y la versatilidad de usos, fue la clave de su éxito.
Para el diagnóstico radiológico a domicilio por ejemplo, el equipo completo que debía trasladar el médico estaba formado por el generador, de 11 Kg, una maleta de mano corriente con el tubo de rayos X, de 5 Kg aproximadamente, y otra con el resto de accesorios necesarios para la realización de la radiografía o la radioscopia, como son: el soporte metálico desmontable para el tubo de rayos X, la pantalla fluorescente con su criptóscopo plegable y chasis de refuerzo. Esta maleta, de 20 kg incorporaba plegadas unas patas para convertirla en mesa donde situar el generador. Para su puesta en marcha solo precisaba de una conexión a la red eléctrica doméstica, a través de un portalámparas o enchufe ordinario. Precisamente, una de las características más reseñables del diseño del aparato de Sánchez era la posibilidad de operar tanto con corriente continua como con alterna, una concepto realmente estratégico cuando aún coexistían ambos tipos de corrientes.
En el ámbito docente, la facilidad de instalación y las múltiples ventajas que ofrecía este generador portátil permitía ampliar el tipo de demostraciones y experimentos de naturaleza electrofísica y electromédica en los laboratorios universitarios de las Facultades de medicina, las Facultades de Ciencias, los Institutos de Enseñanza Secundaria y las Escuelas de Formación Profesional. Para ello, y al margen del propio generador, el Laboratorio Eléctrico Sánchez comercializó también gran variedad de tubos vacuos y accesorios con la finalidad de mostrar todo tipo de propiedades y fenómenos relacionados con las descargas eléctricas en gases enrarecidos.
El MUNCYT conserva varios aparatos portátiles fabricados en el Laboratorio Eléctrico Sánchez procedentes de diferentes centros de enseñanza y del propio legado familiar del inventor. La vocación y la trayectoria cosmopolita de Mónico Sánchez, ampliamente demostrada a través de su éxito en Estados Unidos así como mediante la fundación de la European Electrical Company -que difundiría su aparato de rayos X portátil en el decenio de 1910, especialmente durante la Gran Guerra en Francia-, es prueba de que la influencia y los intercambios culturales desde España hacia Europa también han comprendido a lo largo de la historia el ámbito del progreso científico-técnico.
Referencias bibliográficas:
- ROZAS, J.P., "La radiología y la I Guerra Mundial. La contribución española: Mónico Sánchez" en Francisco A. González Redondo (coord.) Ciencia y Técnica entre la Paz y la Guerra. 1714, 1814, 1914. Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, 2015, vol 1, pp. 245-252.
- VV.AA., 1913-2013: Piedrabuena, Centenario del Laboratorio Eléctrico Sánchez. Piedrabuena: Ayuntamiento de Piedrabuena, 2013
- LOZANO LEYVA, M., El Gran Mónico. Madrid: Debate, 2013
- VV.AA., Off-On. Madrid: Ministerio Ciencia e Innovación, 2011
- ROZAS, J. P., "Mónico Sánchez, Spanish inventor, in the Collins Wireless Telephone (1909)", en Histelcom 2010: A Century of Broadcasting. Madrid, 2010
- La importancia de la radiología en los accidentes de trabajo con el aparato portátil generador de rayos X Sánchez y corrientes de alta frecuencia. Imprenta Elzevirina
- The Collins Sánchez Portable High Frequency and X-Ray Apparatus. The Collins Wireless Telephone Co. Bulletin A, Number 3
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