Foto: Museo Nacional de Escultura

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Museo Museo Nacional de Escultura
Inventario CE1511
Clasificación Genérica Pintura
Objeto/Documento Cuadro
Autor/a Amaya, Andrés (Lugar de defunción: Valladolid (p), 1704)
Título La Virgen del Rosario se aparece al dominico de Soriano
Materia/Soporte Lienzo
Técnica Pintura al óleo
Dimensiones Altura = 248,50 cm; Anchura = 178 cm; Profundidad = 4,50 cm
Descripción El conocido como "Milagro de Soriano" se data y ubica de forma precisa: el 15 de septiembre de 1530 en Soriano (Calabria), la Virgen, acompañada por Santa Catalina de Alejandría y María Magdalena, se aparece al hermano sacristán de la comunidad dominica, Lorenzo de Grotteria, cuando estaba solo en la capilla, y le entrega un lienzo con un fiel retrato del fundador de la orden, del que la comunidad carecía. Toda inicial desconfianza en le relato del lego se disipa cuando a la noche siguiente Santa Catalina se apareció a otro fraile para confirmarlo. La fama de la pintura por su origen prodigioso de la pintura se acrecentó más tarde por una serie de curaciones milagrosas; proliferaron las copias y la representación del milagro se difundió incorporándose a la iconografía dominica.
Este es un ejemplo de la generalización del tema en las comunidades dominicas; está expuesto con claridad narrativa y atención a los detalles, tanto en las referencias espaciales como en las figuras de característico perfil.
Iconografia Aparición de la Virgen del Rosario a un dominico en Soriano
Datación 1667=1700
Contexto Cultural/Estilo Barroco español
Lugar de Procedencia Convento de San Pablo (Dominicos), Valladolid (m)(Valladolid Centro, Valladolid (p))
[Lugar específico dudoso]
Lugar Específico/Yacimiento Convento de San Pablo (Dominicos)
Clasificación Razonada Según Jesús Urrea (2007): "La escena evoca la aparición de la Virgen, acompañada por Santa Catalina de Alejandría y María Magdalena, el 15 de septiembre de 1530 víspera de la octava de la Natividad de María, a Lorenzo de Grotteria, hermano sacristán de la comunidad dominica de Soriano, en Calabria, en el momento en que éste se disponía a preparar el altar para maitines, estando en aquella hora la capilla cerrada.
Según cuenta la historia, Nuestra Señora preguntó al hermano lego el motivo por el que aquel templo tan sólo disponía de una sencilla pintura mural representando al santo fundador. El dominico le respondió que la orden no poseía un verdadero retrato de Santo Domingo. Entonces la Virgen le entregó un lienzo encargándole que lo llevara al prior; al desplegar la pintura, la comunidad descubrió en ella un fiel y admirable retrato del santo que evidenciaba no estar pintado por ser humano, no faltando quien diera en decir que era obra de la propia Virgen. Su confirmación llegó a la noche siguiente cuando Santa Catalina se apareció a otro fraile de la misma comunidad y le explicó que la señora que les había entregado el lienzo era la Reina de los Ángeles.
A partir de entonces, la representación del tema de la aparición de la Virgen haciendo entrega del lienzo con la imagen de Santo Domingo al hermano lego se difundió conociéndose esta historia iconográfica como "Milagro de Soriano", la cual se generalizó a raíz de una serie de curaciones prodigiosas relacionadas con la pintura del Santo que tuvieron lugar a partir de 1590. La fama se extendió de inmediato, contribuyendo a ello de modo particular la publicación de un libro escrito por el P. Silvestre Frangipane (Mesina, 1621) sobre este mismo asunto así como la proliferación de copias de la pintura.
Artista bien preparado para la composición, aunque en esta ocasión derive de un grabado, Amaya muestra siempre habilidad en la agrupación y relación de sus figuras. En sus obras conocidas, todas de asunto religioso, se aprecia un gusto por los detalles de naturaleza muerta o de ambientación (la reja, la arquitectura de la capilla, por ejemplo) y el esfuerzo que pone el autor en conseguir una tipología particular para sus personajes, siendo fácilmente reconocibles por el modelo que utilizó para las cabezas de ángeles, de caras regordetas y narices respingonas, así como por los perfiles de los rostros femeninos.
La procedencia de esta pintura se desconoce aunque habrá que buscarla en algún convento dominico de la ciudad en donde 1640 el padre dominico Francisco Gómez publicó un libro titulado Santo Domingo in Soriano, milagroso y aplaudido. No obstante su cronología coincidirá con el último tercio del siglo XVII."
Bibliografía URREA FERNÁNDEZ, Jesús. Milagro de Soriano. Museo Nacional de Escultura V: Pintura entre lo real y lo devoto. Valladolid (m): 2007. pp. 44-45.
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