Descripción |
Dibujo inscrito en una elipse que representa un paisaje fluvial. En primer plano, a la derecha de la composición, un pescador observa el río de pie sobre un peñasco. Lleva una caña en su mano derecha. En el centro del extremo inferior, otros dos hombres están pescando en la orilla del río. En un segundo plano, marcando la diagonal compositiva, discurre el río, cuyas orillas están salpicadas de árboles y arbustos, distinguiéndose al fondo una zona montañosa.
Se trata de un dibujo a la aguada, firmado "V. Bécquer", firma que corresponde al pintor Valeriano Domínguez Bécquer (1833-1870), hijo del también artista José Domínguez Bécquer y hermano del poeta Gustavo Adolfo. En sus comienzos realizó obras propias del costumbrismo sevillano, y en su etapa madrileña escenas más realistas y objetivas de los ambientes populares del momento. También fue retratista e ilustrador, trabajando para "El Museo Universal" o "La Ilustración Española y Americana", entre otras publicaciones periódicas destacadas de la época, así como para la novela de Victor Hugo "Los trabajadores del mar".
En este dibujo, que refleja la influencia del paisajismo inglés de la época, el artista ha dispuesto la composición en varios planos, tratando la tinta con distinta intensidad para diferenciarlos. El primero coincide con la orilla derecha, donde ha utilizado tinta más oscura para dibujar las figuras y definir los contornos de las rocas y los árboles. En los de la orilla izquierda ha reducido la intensidad, llamando especialmente la atención cómo ha trabajado su reflejo en el agua. Finalmente, las montañas del fondo se insinuan con una aguada muy tenue, reforzándose el efecto de lejanía al recortarse sobre ellas la figura del pescador. En medio discurre el río, que junto con el cielo, aporta luminosidad a la escena. El paisaje es sin duda el protagonista de esta obra, sin que por ello deba restarse importancia a la presencia humana, ya que el pescador solitario insinúa uno de los temas más característicos del Romanticismo: la relación del hombre con la Naturaleza, entendida ésta como un reflejo de los sentimientos del yo. No obstante, el ambiente apacible que ha logrado crear Valeriano Domínguez Bécquer en este dibujo contrasta con los paisajes nocturnos, de ruinas o cementerios tan propios del Romanticismo, y que nos hablan de un hombre atormentado.
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