Museo Museo Arqueológico Nacional
Inventario S2-1
Clasificación Genérica Archivo institucional; Excavaciones y prospecciones arqueológicas; Dibujo técnico; Planos y Dibujos; Archivo del Museo Arqueológico Nacional
Objeto/Documento Plano
Conjunto Conjunto fondo MAPAS, PLANOS Y DIBUJOS
Dimensiones Ancho = 470 mm; Alto = 470 mm
Contenido Plano del término municipal de Camargo (Santander)
Lugar de Procedencia Pendo
Lugar Específico/Yacimiento Pendo
Clasificación Razonada El municipio de Camargo se compone de ocho núcleos de población que son Cacicedo, Camargo, Escobedo, Herrera, Igollo, Maliaño, Muriedas y Revilla. La capital del término municipal se encuentra en Muriedas. Entre su rico patrimonio destaca la cueva del Pendo, en la zona del Barrio de Churi, Escobedo, y está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde julio de 2008 dentro del conjunto "Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico de la cornisa cantábrica".

La cueva tiene una amplia boca, orientada al SE, abierta en la parte más baja de una depresión cárstica que actúa como sumidero. Da acceso a un gran vestíbulo descendente que desemboca en una sala de 80 m de largo por 45 m de ancho y 20 m de altura, con 150 m de desarrollo total. En ella se ubica el yacimiento arqueológico y un friso de pinturas rupestres. La cavidad termina en una estrecha galería de corto desarrollo.

La cueva alberga en sus entrañas restos y datos que abarcan desde el Paleolítico Medio (84.000 años de antigüedad) hasta la Edad Media, estando representadas todas las fases de desarrollo de la Prehistoria Cantábrica. No solo la pintura o los grabados sorprenden por su calidad y belleza, sino también el arte mueble Magdaleniense

El primero que visitó la cueva con fines científos en 1878 fue Marcelino Sanz de Sautuola. Dos años despúes realizó las primeras excavaciones junto a Juan Vilanova y Piera, cuando la cueva se conocía como cueva de San Pantaleón. Fue en 1907 cuando Hermenegildo Alcalde del Río descubrió en la parte estrecha del final de la cueva una serie de grabados de aves. Un año después acudieron a visitar la cueva Jesús Carballo y Hugo Obermaier, junto con Alcalde del Río y Henri Breuil.

Varias personalidades acudieron al lugar en años sucesivos, pero fue Carballo quien destacó la importancia del yacimiento de El Pendo, y quería excavarlo como había hecho en cueva Morín entre 1915 y 1920. A pesar de la oposición de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades por el informe de Hugo Obermaier que no lo consideraba un lugar correcto para invertir en excavaciones, en 1924 logró la autorización de la JSEA para realizarla, aunque de forma muy parcial, y cuyos resultados ingresaron en el Museo Arqueologico Nacional. Los hallazgos hechos en la excavación de 1925, patrocinada por la Diputación Provincial de Santander, tuvieron como destino el Museo Provincial de Prehistoria inaugurado ese mismo año (Museo de Prehistoria y Arqueología). Otras instituciones donde se encuentran materiales de El Pendo son el Museo Prehistórico de Valencia, el de la Universidad de Santiago de Compostela y en el American Museum of Natural History, en Nueva York.

Jesús Carballo continuó sus investigaciones en 1926, cuando descubrió el conocido bastón de mando con grabados naturalistas. Durante los años 30 y hasta 1941, estudió El Pendo, en ocasiones con colaboración extranjera como fue la campaña hispano-norteamericana apoyada por la American School of Prehistoric Research. Destacar los hallazgos de arte e industria tanto magdaleniense como solutrense.

En los años 50 retomó las excavaciones de El Pendo Julio Martínez Santa-Olalla (1953-1957), junto a A. Cheinier, B. Saez Martín, V. Ruiz Argiles y J. González Echegaray, entre otros. En 1955 la cueva fue sede del II Curso Internacional de Arqueología de Campo.

El gran tesoro de El Pendo tuvo que esperar oculto hasta el año 1997, cuando en el transcurso de unas excavaciones dirigidas por Ramón Montes Barquín, el topógrafo Carlos González Luque y los arqueólogos José Manuel Morlote y Ángeles Valle descubrieron un enorme friso. Destacan sus ciervas rojas de gran expresividad escénica y un caballo, situado en medio de la composición. Éstas fueron realizadas al igual que en Covalanas mediante la técnica del punteado. Una técnica única en el mundo por realizarse sólo en la Cornisa cantábrica en torno a los 25.000 años de antigüedad

Referencia: GONZÁLEZ ECHEGARAY, J. "El yacimiento de la Cueva de El Pendo. Excavación 1953-1957. J. González Echegaray" en Biblioteca Praehistorica Hispana. Vol. XVII. Madrid, 1980.
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