Dimensiones |
Diámetro = 3,20 cm; Anchura máxima = 16,80 cm; Altura máxima = 31,50 cm Cuerpo: Altura = 27,50 cm Tapa: Altura = 10,50 cm; Diámetro = 4,90 cm; Alto = 9,10 cm
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Descripción |
Lebes con cuerpo de forma ovoide, hombro plano del que surgen dos asas altas verticales rematadas en un botón, pie moldurado y tapa rematada por una lebes miniatura. Sobre los hombros, a cada lado del vaso, dos cabezas plásticas; en una cara una cabeza femenina -falta la segunda- adornada con gorro frigio de penacho escalonado y alas laterales, en la cara posterior, dos cabezas femeninas con cuernos de vaca en la frente surgen -posiblemete imagen de Ío- entre los pétalos de una flor. En ambas destacan las mejillas coloreadas sobre la carnación blanca del rostro y los cuernos blancos sobre los cabellos negros. Las escenas de ambas caras del vaso están enmarcadas por un friso de ovas por arriba y otro de ondas por abajo. Debajo de las asas dos palmetas superpuestas de las que surgen tallos en espiral. En los hombros, sendos motivos vegetales. La lebes miniatura está decorada con dos cabezas femeninas de perfil, adornadas con diadema, pendientes y collar de cuentas, y dos palmetas.
En el centro de la cara A, un luterio o pila lavatoria elevada sobre escalones, pintada en blanco. A cada lado, una muchacha semidesnuda se apoya sobre el borde. Ambas adornan su cabello con una corona de flores, y como aderezos, pulseras, collares y una banda de perlitas que les cruza el pecho. El manto, de color rojo con puntos amarillos, envuelve la parte inferior del cuerpo. Ambas calzan sandalias. Una de ellas sostiene en la derecha una patera agallonada en la que ofrece frutos o dulces, y en la izquierda un huevo. La otra mujer sujeta un espejo en su izquierda y en la derecha cuatro bolitas amarillas dispuestas verticalmente. Ambas están de perfil, en conversación, y en un ámbito cerrado indicado por los dos travesaños en los ángulos superiores de la escena, entre los que cuelga una guirnalda de perlas.
En la cara B, una mujer de pie, en tres cuartos, viste chitón sin mangas adornado con una cenefa negra vertical, recoge el pelo en una sphendóne y se adorna con collar de perlas, pulseras y pendientes. En su izquierda sujeta una cinta y en la derecha un objeto inidentificable. Frente a ella, un joven sátiro, desnudo, cuya cola estaría realizada con pintura blanca superpuesta. Apoya la pierna izquierda en un tallo vegetal y sostiene en su izquierda un narthex adornado con cintas y en la derecha la fila vertical de bolas amarillas. Unas cintas cuelgan del fondo de la escena.
La escena del anverso nos introduce en el ritual de la boda y del baño purificatorio de la novia. La función de este tipo de vaso, la lebes, era contener el agua para dicho ritual. Pero también servía para el lavado del cadáver durante el ritual fúnebre. El destino de esta pieza, procedente de una tumba de Paestum, indica claramente que ambos ámbitos están unidos. Los elementos iconográficos adquieren un claro simbolismo escatológico. Es el baño de la mujer que ha muerto y que debe celebrar sus futuras nupcias con el dios de los Infiernos o con aquél que le concederá la vida eterna, que, como indica la escena del reverso, es Dioniso. El sátiro, componente del tíaso dionisíaco, se convierte en asistente del dios para guiarla en su tránsito al allende y al paraíso dionisíaco. La figura plástica que brota entre pétalos de flor, la joven Ío, es modelo de ese tránsito, de ese renacimiento fecundo y florido que Dioniso promete a sus seguidores. La religión suritálica cambió el destino fatal de la doncella errante a través de la bienaventurada iniciación en su paso hacia la muerte, donde la espera el dios.
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