Bibliografía |
VV.AA.. Hanga: Imágenes del mundo flotante: Xilografías japonesas. Madrid: Ministerio de Cultura, 1999. p. 144, il. 71; CAT. 71
Nº INVENTARIO: 21.916
DIMENSIONES: libro 22.4 x 15.1cm.: cartela 15.6 x 29 cm.; cantoneras 1,4 x 1cm
FORMATO DE LIBRO: hanshibon.
TIPO DE ENCUADERNACIÓN: yotsume toji con cubiertas de itamegami forradas de papel teñido en morado y estampado con plancha seca para dar efecto de decoración de brocado: cartela de papel blanco pegada a la izquierda con titulo impreso en negro. Sin encuadernación interior y hojas dispuestas al estilo fukuro toji, cosidas con cordón de seda blanco: cantoneras en seda roja.
TÉCNICA DE ESTAMPACIÓN: sumizuri-e y nishiki-e.
TÍTULO: Sensai Eitaku gafu shohe,. Á1bum de dibujos de Sensai Eitaku. 1º parte.
AUTOR: Sensai Eitaku.
GRABADOR: Ôtsuka Tetsugorô.
EDITOR: Ôgura Magobei, Kinsakudô, deTokyo.
CRONOLOGÍA: Meiji jûsshichinen,año 17 de Meiji (1884).
Junto a las publicaciones de temas históricos, debemos considerar también un bloque de trabajos que, recogiendo la antigua tradición de sistematizar mitos y leyendas emparentadas con el sintoismo o el budismo, narran leyendas de corte religioso en muchos casos mezcladas incluso con historias de tradición china o con personajes más filosóficos procedentes del confucianismo o el taoismo. Esta recopilación de trabajos de Eitaku (1843-1890), recoge en su primera parte una serie de imágenes alusivas al mito de la fundación de Japón, ajustándose a la iconografía sintoista heredada de épocas anteriores. Los dos personajes de esta ilustración son Izanami e Izanagi, cuarta pareja nacida en la Llanura Alta del Cielo y que, frente a las otras tres que representan la madera, el metal y la tierra, simbolizan a la primera mujer y el primer hombre. Estos, por ser los más jóvenes, fueron enviados por los dioses a la tierra para poner orden en el caos informe separando lo sólido de lo líquido, fertilizándolo y dando la luz al mundo. A Izanagi se le concedió, para tal misión, un venablo del que caían grumos de barro a la vez que de ellos se separaban aguas limpias. De los grumos de barro caídos nacieron las ocho grandes islas japonesas y del agua separada se formaron los mares que las rodean. Una vez establecidos en la nueva tierra, engendraron los espíritus (kami) del mar, de los bosques, de las montañas, etc... Entre ellos, también estaba el destinado a alumbrar al mundo: Amaterasu, la diosa del sol, de la que desciende la familia imperial japonesa.
; Madrid: Secretaría de Estado y Cultura
Catálogo de la exposición.
|