| Descripción |
Cimpoi procedente de Rumanía, en este caso de la región histórica de Moldavia. Es un instrumento de reducidas dimensiones cuyos tubos están tallados en madera de tejo y acabados con una capa de barniz. El tubo insuflador carece de válvula para impedir el retroceso del aire, por lo que el intérprete debe obturarlo con la lengua. El tubo melódico o caraba presenta la esperable curvatura en su extremo inferior y produce una escala de seis notas mediante digitación cerrada. El tubo no digitable o "bazoi" consta de una única pieza rematada en un resonador ahuecado en forma de copa y su afinación solo es posible extrayéndolo de su cápsula de ensamblaje y manipulando la lengüeta sonora. El depósito de aire es una piel entera de oveja joven amarrada con el pelo hacia afuera; conserva la cabeza, disecada, a la que se han fijado unos ojos de cristal. Los cuernos están ceñidos con una pulsera de cuentas plateadas, habiéndose anudado al cuello una cinta con los colores de la bandera de Rumanía.
El artesano, Ion Stanciu, relata la técnica de fabricación del cimpoi, que afirma haber heredado por tradición familiar, construyendo su primer instrumento a la edad de 14 años con ayuda de su padre, también artesano. El proceso comienza por la tala en luna nueva, seguida de un secado que dura entre seis meses y un año, durante el cual la madera debe permanecer a la sombra para evitar fracturas. La piel de la oveja, que se sacrifica en tiempo de Pascua, se mantiene dos días cubierta de sal y, a continuación, se sumerge en cal o suero de leche de oveja durante diez días a una temperatura de 25 a 30 grados. Las piezas de madera se tallan a mano, se ensamblan y, por último, se afinan las lengüetas, que en ambos tubos sonoros son simples.
Según refiere el propio Ion Stanciu, el cimpoi se usa en su tierra durante Navidad y Pascua, lo que no excluye otras celebraciones familiares y comunitarias. La prensa rumana presenta a este artesano como el último del distrito de Vrancea y él mismo afirma que sus hijos no han querido continuar la tradición familiar, aunque ha formado a varios alumnos.
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