| Museo |
Museo Arqueológico Nacional
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| Inventario |
1999/112/2
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| Clasificación Genérica |
Reproducciones
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| Objeto/Documento |
Cráneo
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| Nombre Específico |
Australopithecus africanus
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| Título |
Niño de Taung
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| Materia/Soporte |
Escayola
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| Técnica |
Moldeado
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| Dimensiones |
Altura = 11,50 cm; Longitud = 13,80 cm; Anchura = 7,80 cm
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| Descripción |
Reproducción del cráneo y mandíbula de Australopithecus africanus, apodado "Niño de Taung". El fósil, que pertenece a un individuo infantil, conserva el molde endocraneal. El foramen magnun, la apertura por la que la médula espinal se conecta con el interior del cráneo, se encuentra en posición inferior y no retrasada, lo cual demuestra que el individuo tenía la cabeza en la vertical del cuerpo y no por delante, y argumenta en favor de que era bípedo. El cráneo también conserva marcas que han sido comparadas a las que aparecen en los huesos encontrados en los nidos de grandes rapaces como águilas. Este hecho ha permitido apuntar la posibilidad de que el individuo en efecto fue presa de un águila y transportado para su consumo al nido. La capacidad craneal del fósil se estima en unos 405 cc pudiendo haber alcanzado en edad adulta unos 440 cc.
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| Datación |
2,3[Ma][ca]
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| Contexto Cultural/Estilo |
Pleistoceno
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| Lugar de Procedencia |
Taung, Botswana(África)
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| Lugar Específico/Yacimiento |
Taung
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| Clasificación Razonada |
Hallado en octubre de 1924 por M. de Bruyn en una cantera, el fósil fue publicado por R. Dart en 1925, quién lo convirtió en el holotipo de la especie Australopithecus africanus, incorporándolo a la línea evolutiva de los homínidos como prueba de que los primeros estadios de la evolución humana tuvieron lugar en África tal y como había predicho Darwin. La aceptación de esta diagnosis por la comunidad científica internacional resultó problemática. El niño de Taung poseía una mandíbula humana (especialmente por la conformación de sus caninos) y un cerebro más cercano al de los simios; lo que contradecía la línea de pensamiento más extendida que teorizaba con la idea de que la expansión cerebral había abierto el camino de la evolución de la humanidad. El peso internacional de figuras de la paleontología de entonces como Sir Arthur Keith, quien mantenía que el fósil pertenecía a un chimpancé, contribuyó a que la identificación realizada por Dart no fuese aceptada hasta una veintena de años tras la publicación del fósil.
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| Forma de Ingreso |
Donación
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| Fecha de Ingreso |
21/06/1999
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| Catalogador |
Prehistoria
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