Clasificación Razonada |
Esta obra formaba parte de la zona superior de la portada del antiguo Hospital de la Resurrección de Valladolid y desde 1917 se encuentra ubicada en el jardín exterior del Museo Casa de Cervantes.
El Hospital de la Resurrección fue construido en el siglo XVI por el maestro de cantería y arquitecto español Juan de la Vega en el solar que hoy ocupa la Casa Mantilla. Su empeño era acoger a todos los enfermos contagiosos, por lo que se situó fuera de la cerca de la ciudad. En 1615 fue declarado General, integrándose en él diez de los dieciocho hospitales que existían en aquel momento. En 1857 se instaló en el mismo la Facultad de Medicina de Valladolid, con su primer Hospital Clínico, y en 1866 fue declarado Provincial. En 1889, debido a su estado ruinoso, la Diputación inauguró un nuevo edificio en el Prado de la Magdalena con capacidad para 250 enfermos, abandonando el viejo inmueble del Hospital de la Resurrección, que fue demolido en 1890.
Al producirse el derribo del Hospital la portada fue trasladada al entonces Museo Provincial de Bellas Artes donde, años más tarde, el marqués de la Vega Inclán reconoció los fragmentos arquitectónicos de la parte superior de la misma, instalándola en el jardín situado delante de la Casa de Cervantes como singular monumento dedicado a la memoria del escritor. Miguel de Cervantes situó en el citado Hospital su novela El Coloquio de los perros, en la que, mediante la charla entre dos cánidos, Cipión y Berganza, reflexiona sobre las relaciones entre la literatura, la verosimilitud y la realidad.
Juan de la Vega fue un maestro de cantería y arquitecto español del siglo XVI, asentado en Valladolid desde 1542, cuyo taller llegó a tener una gran notoriedad y en el que se formaron importantes arquitectos, entre otros Juan de Nates y Ribero Rada. Fue ayudante y hombre de confianza del principal arquitecto renacentista español de su época, Rodrigo Gil de Hontañón, de quien fue fiador en varias obras y tasador en otras. En 1553 está documentada su participación y dirección en la obra del Hospital de la Resurrección. Su actividad en Valladolid no cesó y en 1567 concertó la realización de dos portadas para el Monasterio del Abrojo que fueron realizadas por Cristóbal de la Serna. Al mismo tiempo realizaba las obras de las naves laterales en la iglesia de la Magdalena de Matapozuelos, siguiendo las trazas de Juan de Escalante.
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