Museo Museo Etnográfico de Cantabria
Inventario CE00455
Clasificación Genérica Mobiliario; Ebanistería
Objeto/Documento Bargueño
Materia/Soporte Nogal
Limoncillo
Hierro
Técnica Tallado
Dimensiones Altura = 49 cm; Anchura = 108,50 cm; Profundidad = 57 cm
Descripción Escritorio en forma de prisma rectangular, compuesto por un frente abatible que descubre una rica cajonería. Tiene catorce cajones dispuestos en torno a un hueco central con el frente rematado en arco sobre columnillas; uno de los cajones, el inferior del centro, es de doble fondo (cajón secreto). Los cajones, el frontal de la tapa y los laterales del mueble están decorados, en taracea de limoncillo, con motivos vegetales. En la base lleva doce balaustrillos torneados. Tablas ensambladas en cola de milano.
Datación 1601=1700
Contexto Cultural/Estilo Edad Moderna
Uso/función Contenedor de documentos y pequeños objetos y servir como escritorio.
Lugar de Procedencia Ribadedeva
Lugar Específico/Yacimiento Colombres
Clasificación Razonada El bargueño, junto al sillón frailero, se puede considerar la pieza más destacada del mobiliario español durante los siglos XVII y XVIII, continuando su uso y producción incluso hasta nuestros días.
Desde que apareció por primera vez el término "bargueño", se han debatido diversas teorías en torno a su origen, siendo la más aceptada su procedencia del pueblo toledano de Bargas.
Se trata de un mueble derivado del arca, de forma prismática y compuesto por varios pisos de pequeños cajones y puertecillas. Su función principal era la de albergar y custodiar documentos importantes y pequeños objetos de valor, poseyendo, generalmente, un cajón secreto en el interior para tal fin. En muchos casos disponen de una tapa frontal abatible que posibilita su uso como escritorio, aunque su verdadera función estaría más relacionada con la movilidad y transporte del mismo, sirviendo de protección a la cajonería interior durante los traslados. De aquí, la existencia también de dos asas en los laterales, al igual que en las arcas.
Con el transcurrir del tiempo y el cambio de costumbres, el bargueño pierde la necesidad de ser móvil, pero sus elementos característicos se van a mantener a lo largo de toda su producción.
Solía ser el único lujo en el mobiliario de las casas rurales.
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