Descripción |
Busto de la emperatriz Eugenia de Montijo ataviada con vestido de amplio escote con volante plisado y un manto sobre los hombros sujeto por medio de broches. Lleva el cabello ligeramente ondulado, con raya al medio y recogido en la nuca con adornos florales.
Durante el siglo XIX la mayor parte de los retratos escultóricos, que buscaban la exactitud formal y el detalle, a pesar de una cierta idealización del modelo, representaban a personajes destacados de la aristocracia y la monarquía, o de las letras y las artes, tanto españolas como francesas, a los que se consagraron escultores de renombre como Antonio Solá en España o Jean Auguste Barre en Francia, entre otros. En este caso, nos encontramos ante un retrato de doña Eugenia María de Guzmán y de Portocarrero, hija de los Condes de Montijo, Condesa de Teba y Marquesa de Moya, cuya boda con Napoleón III la convirtió en emperatriz de los franceses desde 1853 hasta 1871.
El Museo del Romanticismo conserva otros retratos de Eugenia de Montijo como un medallón (inv. CE1179), varias estampas (inv. CE1059, CE4777, CE5251, CE5284 y CE5792) y una miniatura (inv. CE2179), además de algunas prendas de indumentaria que le pertenecieron (inv. CE0595 y CE6266) y una fotografía (inv. CE30002).
Este busto forma pareja con el de su esposo Napoléon III (Museo del Romanticismo, inv. CE1806), y procede de la manufactura de porcelana "Gille jeune", fundada en París por Jean Gille en 1837. La fábrica alcanzó un gran éxito en las numerosas Exposiciones Nacionales e Internacionales en las que participó, y en 1855 le fue concedida la patente "Proveedor de la Emperatriz", así como la Legión de Honor entre otras cosas por un busto de Napoléon III a partir del realizado por J. A. Barre. Tres años depués participó en la Exposición de las bellas artes y de la industria de Toulouse donde presentó bustos de Napoleón III y Eugenia de Montijo.
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