Museo Museo de Ávila
Inventario 75/5/14-20
Clasificación Genérica Arqueología
Objeto/Documento Mausoleo
Título Mausoleo de Martiherrero
Materia/Soporte Granito
Dimensiones Longitud = 161 cm; Grosor = 60 cm
Verraco: Altura = 73 cm
Descripción Cuatro verracos (toros), de envergadura semejante aunque de diversos modelos: uno completo, muy esquemático, con gran papada y el hueco de las patas sin perforar; otro, también esbozado, carente de patas y base; el tercer ejemplar, de gran realismo, partido a la altura de las rodillas pero quizá reconocible su plinto en un fragmento próximo; y el cuarto, también realista, con mucha precisión de detalles anatómicos, también roto por las rodillas, y con una inscripción funeraria en el lomo.
Tres cistas, bloque pétreos rebajados en su cara superior a modo de caja o urna.
Inscripciones/Leyendas En el lomo de un verraco, Incisión, Latina, Capital
M(anibus) S(acrum) / TITILLO /.../ TITVLLVS / PIN /../ M(onumentum) C(urauit) (Consagrado a (los dioses) Manes, Titullo procuró hacer este monumento a Titillo.)
Datación 101=300
Contexto Cultural/Estilo Romano
Lugar de Procedencia Martiherrero
Lugar Específico/Yacimiento El Palomar
Clasificación Razonada Las labores del lugar El Palomar de Martiherrero, en 1975, descubrieron estos cuatro
verracos de regular tamaño, casi completos, caídos en diversas posiciones, uno de ellos
sobre una cista cineraria, cercana a otra en trozos.
La excavación arqueológica, casi inmediata, de Enrique Pérez Herrero, proporcionó otra cista completa que aún contenía parte de los huesos incinerados del difunto con algo de su ajuar, y también porciones de otra cista. Las cistas son los conocidos bloques donde, a modo de caja o urna, el ritual funerario romano enterraba las cenizas de los cadáveres cremados, cubiertas con una monumental tapa o cupa -en forma de media cuba- que solía acoger el epitafio epigráfico. En Martiherrero, los restos recuperados del enterramiento son, además de huesos calcinados, fragmentos de vidrio, de bronce, clavos, un cuchillo y una moneda de bronce: un sestercio de Clodio Albino, acuñado
entre el año 193 y 195 que, en este caso, además de ser el probable peaje del viaje de ultratumba, data la sepultura como posterior.
La relación entre verracos y cistas en Martiherrero, en lo que quizá fue un mausoleo o panteón familiar, demostró que los vettonromanos de la zona adaptaron los verracos al papel de cupa con una tipología que llegó con seguridad el paso del siglo II al III d.C.
Bibliografía MARINÉ ISIDRO, María(dir); JIMÉNEZ GADEA, Javier; VACAS CALVO, José Antonio. Cien piezas del Museo de Ávila. Ávila: Junta de Castilla y León, 2011. Página 39, ficha 27.
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