Descripción |
Recipiente de madera troncoesférico con asa lateral que recorre todo el cuerpo y lleva, a modo de decoración, líneas incisas. En el extremo opuesto aparece un gran pico que sobresale de la pieza. Tiene una rotura con pérdida en la boca y está lañada con grapas de hierro forjado en un lateral. También presenta varios fieles contrastes con los años (ilegibles).
El vino siempre fue escaso en Asturias. Hasta fines del siglo XIX se cosechaba en Candamo y Les Regueres, y especialmente en los concejos del occidente de Asturias, donde todavía se fabrica. Pero Asturias fue sobre todo una región donde el vino se importaba de Galicia y Castilla, a precios elevados. El vino blanco era un lujo que en algunos concejos sólo se compraba para dar a las mujeres recién paridas.
La mayor parte del vino fabricado en Asturias se consumía en las mismas casas que lo cosechaban o se vendía localmente. Sólo a fines del siglo pasado y primeras décadas del siglo XX el vino de Cangas del Narcea fue embotellado y comercializado por grandes cosecheros que introdujeron técnicas de elaboración modernas.
Los recipientes de madera eran los más comunes para medir, servir y beber el vino en el occidente de Asturias; la mayoría se fabricaban en un torno de pedal. La forma más corriente era la jarra, con los tamaños siguientes: la canada (cañada) que contenía alrededor de 4 litros; la puchera o cuartillo con capacidad para 0,450 litros y el cuarterón para 0,110 litros. En ninguna bodega del occidente de la región faltaban las jarras mencionadas, sobre todo la canada y la puchera, y el cachu para dar de beber a vecinos e invitados.
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