Descripción |
"Anillo de bronce de chatón grueso de forma hexagonal y aro de sección de media caña. En el chatón porta una inscripción de tipo monograma realizada mediante líneas incisas repasadas." El anagrama del chatón puede leerse como M-A-X-I (Gutiérrez Cuenca 2015: 140).
La necrópolis de El Soto se encuentra alrededor de la antigua ermita de Santiago, en terrenos de la localidad de Orzales (Campoo de Yuso). Tanto las ruinas de la ermita como la propia necrópolis se hallan actualmente sumergidas por las aguas del Pantano del Ebro, siendo visibles cuando el nivel del agua es muy bajo. La necrópolis está formada por al menos 26 tumbas de lajas y un sarcófago, y probablemente estuvo delimitada por un muro perimetral.
A partir del siglo III, el Imperio Romano entra en un periodo de profunda crisis que en Cantabria se traducirá en la decadencia de los núcleos urbanos y una progresiva ruralización de la sociedad. A lo largo del siglo V tienen lugar sucesivas invasiones de pueblos germánicos (visigodos, suevos y vándalos), que provocan gran inestabilidad y un vacío de poder en la región En estos siglos, la cristianización del territorio cántabro debió ser muy leve, adoptándose nuevamente formas de vida prerromanas, como la reocupación de algunos castros. En el año 573, el rey Leovigildo conquista la ciudad cántabra de Amaya, incorporando el territorio al Reino visigodo de Toledo como Ducado de Cantabria. Tras la conquista de la mayor parte de la Península Ibérica por los musulmanes en el año 711, la zona en torno al macizo de los Picos de Europa verá el nacimiento del Reino de Asturias, cuyos primeros gobernantes pertenecían a la casa de Cantabria, descendientes de Alfonso I, hijo del duque Pedro de Cantabria y yerno de Don Pelayo. La concentración de población cristiana que busca refugio en la cordillera, notablemente en Liébana, dará lugar a unos siglos de esplendor económico y cultural, en los que los monasterios tendrán un papel protagonista.
La etapa que sucedió a la dominación romana es muy desconocida y apenas hay noticias. Las ciudades romanas parecen despoblarse en el siglo III y comienza una etapa de vida rural que sufrirá el sobresalto de las invasiones bárbaras al comenzar el siglo V. Sin embargo, nada se sabe hasta la llegada de las tropas visigodas de Leovigildo en el año 574 a tierras cántabras.
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