| Descripción |
"Capitel de forma troncocónica invertida, mantiene el collarino en bocel destacado, estando el cimacio moldurado con otro bocetillo entre listeles. La cesta lleva tres hiladas superpuestas y en aumento, de palmetas o acantos completamente lisos." (García Guinea en Fernández Vega 2006: 190).
A partir del siglo III, el Imperio Romano entra en un periodo de profunda crisis que en Cantabria se traducirá en la decadencia de los núcleos urbanos y una progresiva ruralización de la sociedad. A lo largo del siglo V tienen lugar sucesivas invasiones de pueblos germánicos (visigodos, suevos y vándalos), que provocan gran inestabilidad y un vacío de poder en la región En estos siglos, la cristianización del territorio cántabro debió ser muy leve, adoptándose nuevamente formas de vida prerromanas, como la reocupación de algunos castros. En el año 573, el rey Leovigildo conquista la ciudad cántabra de Amaya, incorporando el territorio al Reino visigodo de Toledo como Ducado de Cantabria. Tras la conquista de la mayor parte de la Península Ibérica por los musulmanes en el año 711, la zona en torno al macizo de los Picos de Europa verá el nacimiento del Reino de Asturias, cuyos primeros gobernantes pertenecían a la casa de Cantabria, descendientes de Alfonso I, hijo del duque Pedro de Cantabria y yerno de Don Pelayo. La concentración de población cristiana que busca refugio en la cordillera, notablemente en Liébana, dará lugar a unos siglos de esplendor económico y cultural, en los que los monasterios tendrán un papel protagonista.
Capitel procedente de la iglesia antigua de Las Presillas. Elemento arquitectónico característico de las primeras construcciones religiosas en los valles del centro de Cantabria, erigidas en tiempos de la monarquía asturiana y leonesa (siglos IX y X). Corresponde al estilo prerrománico asturiano.
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